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Reglas Del Hogar
No Codicies - Parte 1
Paul Tinoco Huaraca
(Centro De Vida)
Duración: 00:05:47 Minutes
Listens:
21
Aired on Nov 11, 2019

Escritura

Proverbios 21:26

Hay quien todo el día codicia; Pero el justo da, y no detiene su mano

La codicia es el deseo vehemente de poseer o disfrutar de cosas materiales sin prestar atención alguna a las leyes de Dios o de los hombres. Vivimos tiempos en que el mundo grita a todo pulmón que no podemos ser felices mientras no compremos el carro del año, mientras no tengamos de título de propiedad de una casa más grande, mientras no vistamos las últimas tendencias de la moda o mientras no tengamos el grado de Magister o Doctor. Sin embargo, lo que el mundo no entiende es que todas esas cosas no dan felicidad ni satisfacción al hombre. Esto ha llevado a tener un mar de personas descontentas, personas que no disfrutan la vida, ni están contentos con lo que tienen, personas que viven amargadas y quejándose todo el tiempo. Sin embargo, lo irónico de todo esto es que una vez logran adquirir aquello que tanto han deseado pronto la chispa pierde su brillo y ahora desean tener otra cosa más. Es que la codicia es así, es un apetito que nunca se sacia. Se ha dicho que la codicia es como el agua salada, pues cuanto más se bebe de ella más sed da. Para el codicioso suficiente nunca es suficiente. Y con el tiempo la codicia se impregna tanto en nuestro corazón que se vuelve un hábito y un estilo de vida. Esta es la razón por la cual el texto dice “hay quien todo el día codicia” la codicia es un pecado que comienza como una pequeña chispa en nuestras vidas, esta chispa tocará la puerta de tu corazón suplicando entrar en ella. Pero tan pronto una persona se lo permite, esta arde como llama viva dentro de nosotros. ¿Cómo puedo saber si soy una persona codiciosa? Es bien sencillo. Una persona codiciosa todo lo quiere para sí mismo y pocas veces o nunca está dispuesto a dar. Se cuenta la historia de un diputado de ohio que era creyente y cierto día llevó a su hijo a Mac Donald y su hijo quería una orden grande de papas fritas. él puso el dinero sobre el mostrador y le compró a su hijo las papas fritas. Pasaban un tiempo de compañerismo. su hijo se sentó a comer esas papas fritas, las cuales tenían un olor agradable. Entonces cuenta el diputado “estire mis manos para tomar un par de papas fritas y llevármelas a mi boca, cuando mi hijo puso su mano sobre la mía y dijo: papá, estas son mías. Y pensé: mi hijo tiene una mala actitud, mi hijo tiene una pésima actitud y en cinco segundos Dios me habló y me dio una de las más grandes lecciones que jamás he recibido. Entonces pensé esto, en primer lugar, a mi hijo se le olvidó de donde provienen esas papas fritas. Yo se las compré para él y él me dice que son suyas. Segundo mi hijo no sabe esto: que yo tengo el poder para quitárselas toda si quisiera hacerlo y además tengo el poder para comprar muchísimas más, tengo suficiente dinero en el bolsillo, puedo ir al mostrador y comprar 20 órdenes de papas fritas y enterrarlo en ellas si quisiera, y tercero yo no necesito esas papas fritas, yo puedo comprarme las mías y comérmelas solo, no tengo que sentarme aquí y comer papas fritas con él. Luego cuenta el diputado, Dios me habló y me dijo “así es como tú eres cuando eres codicioso y egoísta” no entiendes que todo lo que tú tienes yo te lo he dado, no entiendes que yo podría quitártelo todo o no comprendes que yo podría darte más, no entiendes que yo no necesito tus papas fritas” No piense que Dios necesita lo que usted tiene La Biblia dice “de Jehová es la tierra y su plenitud”, Dios no está en bancarrota, usted es el que tiene un problema si su actitud es “esto es mío” “Dios quita tus manos de mi vida”. Amado amigo la codicia es como un veneno que si bebe de ella lentamente le ira quitando la vida. Aprenda a dar. Dé su corazón a Dios y de su vida a otras personas. Dios los bendiga Corpus Unum.

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