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Reglas Del Hogar
Amar A Los Hermanos - Parte 1
Paul Tinoco Huaraca
(Centro De Vida)
Duración: 00:04:57 Minutes
Listens:
42
Aired on Sep 30, 2019

Escritura

Juan 13:35

En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuvierais amor los unos con los otros.

La característica distintiva de un discípulo de Jesús no es la música que tocan en su iglesia, ni la forma de vestir de los miembros, ni la denominación a la que pertenecen. El sello de un seguidor de Jesús es el amor. El amor genuino, abnegado y profundo que se tienen los unos por los otros. Vivimos en una cultura donde el amor sincero y la lealtad han sido reemplazados por el amor superficial y egoísta, un amor que ama sólo a los que piensan como uno, un amor que mira números antes que personas, un amor que sirve solo a costa de una buena paga, esta es una de las razones por la cual el evangelio en nuestros días se ha estancado ya que las personas en nuestro mundo ya no miran nada de atractivo en la vida de los creyentes. Creo que es tiempo de volver al amor sincero de los creyentes primitivos, un amor que los impulsaba dar incluso su propia vida por el bienestar de su prójimo. Un historiador llamado Tertuliano describe muy bien lo que caracterizada a los primeros cristianos “pero son sobre todo las muestras de un amor tan noble las que conducen a muchos a distinguirnos, “ved” dicen,” como se aman entre sí”, “ved, cómo están incluso dispuestos a morir los unos por los otros. Recuerdo que hace algún tiempo una familia me compartía lo siguiente “en estas dos semanas mi bebe estaba hospitalizado y por ese motivo no puede congregarme, en ese tiempo nadie en mi iglesia me llamó, nadie se interesó por mí, y cuando fui a la congregación, esperando que alguien me preguntara la razón por la cual no me congregue, lo primero que alguien me dijo es: “hermana ya diste tu cuota para tal actividad”, cuando esto paso lo primero que quería hacer es salir de ahí y nunca más volver”. Otro hermano me dijo “hace un mes que me fui de mi iglesia por motivo de trabajo a otro lugar y en ese tiempo nadie me llamó para ver qué había pasado conmigo, nadie se interesó en mí, y cuando llegue a la congregación fue como si nada hubiera pasado” Oh mis amados hermanos si el amor de Cristo ha sido derramado en nuestros corazones, nuestra vida debe ser como un canal por medio del cual fluye amor hacia las demás personas. Se cuenta que una pobre mujer cristiana era muy a menudo insultada por una vecina muchas veces medio embriagada. Otras vecinas la instaban a denunciarla, pero ella contestaba «que prefería orar a Dios por ella». Una tarde de domingo, encontró que su vecina estaba borracha en la calle y vio que un guardia le impuso una multa de unos cuantos dólares, que no poseía, y si no lo pagaba iría siete días a la cárcel. En el preciso instante en que el guardia la iba a encerrar en la celda de castigo, una voz gritó a sus espaldas: ¡Yo pago por ella! Y la buena vecina puso el dinero en las manos del guardia. Hoy, estas dos vecinas van al culto de la misma iglesia juntas, y una no se cansa de repetir: María me salvó de la cárcel, y por ella Dios y el Señor me han salvado de la eterna condenación. Debemos de mostrar amor a las personas que no conocen a Dios y cuanto más a nuestros amados hermanos. Creo que el mundo ya está cansado de nuestras palabras, lo que desean es ver cristianos genuinos que viven aquello que tanto predican. Dios los bendiga. Corpus Unum.

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