Escritura
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
Para entender este texto tenemos que ver un poco el contexto del pasaje. La nación de Israel vivió bajo un gobierno teocrático y Dios había establecido no de forma opcional sino obligatoria que cada habitante en la nación diera el 23.3% de sus ingresos anuales, divididos en tres diezmos. El primer diezmo que dieron era conocido como el diezmo de los Levitas. Los levitas eran los sacerdotes que estaban a cargo del gobierno de la nación y servían al Señor a tiempo completo, este diezmo era exclusivamente para ellos. En segundo lugar, tenemos el diezmo de las festividades, este diezmo debía ser llevado al santuario central en Jerusalén y debía ser comido. Era comido por la familia, los amigos, los ciervos, y los sacerdotes en el santuario, la idea de este diezmo era estimular la devoción al Señor y promover la unidad en la familia. El tercer diezmo llamado el diezmo de los pobres era dado cada tres años y era para el extranjero, el huérfano y la viuda. Estos tres diezmos que daba la nación de Israel no eran opcionales ni voluntarios, sino eran obligatorios, eran un tipo de impuesto para que los programas del gobierno pudieran operar, el programa sacerdotal, el programa religioso nacional y el programa de bienestar social. A parte de los diezmos, la nación de Israel daba ofrendas obligatorias, un ejemplo de ello era que tenían que dejar reposar la tierra cada 7 años y en la cosecha de sus tierras no tenían que cosechar todos sus productos, sino que tenían que dejar una parte para los pobres. Este es el contexto de este pasaje. Esta es la razón por la cual el profeta dice ¿robará el hombre a Dios? pues vosotros me habéis robado? Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.” En ese tiempo los diezmos eran obligatorios y algunas de las ofrendas también, motivo por el cual cualquiera que no cumplía con este mandato estaba quebrantando directamente las ordenanzas de Dios y era considerado un ladrón delante de sus ojos. ¿Qué de nuestros días? ¿Estamos los cristianos de hoy obligados a dar el 23% como lo hacían los judíos? Yo creo que no. Los diezmos eran impuestos para la teocracia. Nosotros no vivimos en una teocracia. En nuestros días Dios nos manda someternos a nuestras autoridades y ellas han establecido un impuesto de alrededor del 20% de todos nuestros ingresos. Como creyentes tenemos que ser responsables y pagar fielmente estos impuestos. Si no lo hacemos nos encontraremos en la misma situación en la que se encontraba la nación de Israel. Estaremos robando a nuestra nación y por consiguiente estaremos robando a Dios. Dios los bendiga. Corpus Unum.
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