Escritura
“El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.”
Alguien dijo que el mejor intérprete de la Biblia es la Biblia misma, y cuánta razón tuvieron al decir eso. En éxodo 20:15 leemos “no hurtaras” este es uno de los mandamientos dados por Dios a su pueblo y creo que la mejor interpretación que encontramos de este texto es el texto que estudiaremos hoy. Este texto se puede dividir en tres partes en primer lugar notamos la integridad en la vida de un creyente. El texto comienza diciendo “el que hurtaba, no hurte más” el momento en el cual nos arrepentimos de nuestros pecados y entregamos nuestra vida al salvador. Dios en su misericordia nos hizo nuevas criaturas, el espíritu santo llegó a nuestras vidas y desde ese momento en adelante, comenzó a producir el fruto que ella tiene. Si antes practicamos el pecado, hoy eso paso a la historia. Creo que uno de los pecados que era tan común en nuestra vida pasada era el robo y cuando hablamos de robo, esta no se limita al robo directo o a mano armada, sino que va mucho más allá de eso. Por ejemplo, tenemos el robo a nuestras autoridades al no pagar nuestros impuestos, tenemos el robo laboral, el robo en los negocios, el robo legalizado como los juegos de azar, el robo de cosas no materiales como la reputación, la confianza, la dignidad o la propiedad intelectual, y otros tipos más de robo. Este pecado ya no debería formar parte de nuestras vidas, sin embargo, esta no saldrá de nuestras vidas sin pelear, depende de nuestra comunión con Dios y el poder de su espíritu santo el mantenerlo a raya y no arda como llama viva nuevamente en nuestras vidas. En segundo lugar, vemos la diligencia en la vida del creyente. Dice el texto “sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno” muchos creen que el trabajo es una maldición, sin embargo, no lo es. El trabajo es una bendición al ser humano, gracias a ella podemos llevar el pan de cada día a nuestro hogar, gracias a ella podemos mantenernos ocupados en cosas productivas, gracias ella podemos apoyar a los que más lo necesitan. En tercer lugar, vemos la generosidad en la vida del creyente. El texto dice “para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.” ¿Saben que es lo contrario a robar? Muchos podrían decir: no robar, sin embargo, no es así. lo contrario a robar es ser generoso. Como creyentes no deberíamos de cerrar el puño hacia los demás, guardando todo para nosotros mismos, sino por el contrario deberíamos de extender la mano y estar dispuestos a dar cuando alguien lo necesita. Pabló fue un ejemplo de ello. En el libro de Hechos 20:33-35 leemos “Ustedes saben que mis dos manos han trabajado para satisfacer mis propias necesidades e incluso las necesidades de los que estuvieron conmigo. Y he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en dar que en recibir”» Dios los bendiga Corpus Unum.
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