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Desde Mi Corazón
El Arma Secreta
Wendy Carolina Escobar
(Centro De Vida)
Aired on Feb 15, 2022
Feb 10, 2022
Duración:
00:04:00 Minutes
Vistas:
20

Escritura

Santiago 5:16

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

En esta ocasión quiero compartir con ustedes una de las más grandes armas que tienen los hijos de Dios ¿y saben algo? Esta arma está cada día a cada momento disponible para que podamos usarla y que sea de provecho para nuestras vidas. Esta gran arma es: La Oración En el libro de Santiago 5:16 encontramos las siguientes palabras: Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Santiago 5:16 La oración es la manera en que nosotros nos comunicamos con Dios, la oración es hablar con Dios. Debemos entender que la oración no es para Dios, es para nosotros. Pero y entonces, ¿cómo es eso? Así es, porque Dios conoce nuestros pensamientos aun los más escondidos, no tenemos que decirle nada para Él saber lo que pensamos o sentimos, Él ya lo sabe, pero desea escuchar de nuestros labios. Cuando perdemos el deseo por elevar una oración a Dios se está perdiendo la posibilidad de ver en acción a Dios en su vida. Las peticiones dirigidas a Dios por nuestras necesidades se vuelven eficientes cuando nuestra conducta es recta y esa petición tiene un gran alcance, es decir, que es capaz de hacer muchísimo. El hijo de Dios tiene que conducirse como debe hacerlo e ir al que tiene el poder para poner en acción aquello que necesitamos, Si estuviéramos enfermos no iríamos a un mecánico por ayuda, sabemos que lo que necesitamos es un doctor. Así mismo es con la oración; pero la garantía solo está en aquel que se le pide y en el poder que él tiene, y ese es Dios. No existe una fórmula correcta para orar, pero es necesario que entendamos que si existen algunos ingredientes necesarios que nuestras oraciones deben incluir, como: Alabanza; 2. Confesión; 3. Intercesión y 4. Agradecimiento. Martin Lutero decía: “La oración no es para cambiar los planes de Dios. Es para confiar y descansar en Su Soberana Voluntad”. La vida de comunión con Dios no se puede edificar en un día. Comienza con el hábito de referirlo todo a Él, hora tras hora. Necesitamos tomar un tiempo para La Oración y La Palabra. Si no estamos haciendo esto, estamos demasiado ocupados gastando nuestro tiempo en cosas secundarias.

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