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Desde Mi Corazón
Misericordia De Dios
Wendy Carolina Escobar
(Centro De Vida)
Aired on Jul 18, 2023
Jul 18, 2023
Duración:
00:04:30 Minutes
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Escritura

Mateo 9:13

Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

Alguna vez te has preguntado ¿Qué podemos hacer nosotros por un Dios que es infinito y que todo lo puede? Hay días en los cuales nos levantamos con esta pregunta debido al agradecimiento tan grande que tenemos hacia Dios y nos sentimos con un deseo de corresponder en la medida que podamos lo que Él nos da. Aunque intentar hacer esto al principio nos parezca un disparate por lo pequeños que somos en comparación a Él y cómo poder hacerlo, Dios se deleita de ver que en nuestras capacidades estamos intentándolo.   En el verso que quiero compartir con ustedes Jesús dice las siguientes palabras a Mateo: Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento. Mateo 9:13   Este es uno de los versículos que forma parte del momento en que Jesús invita a Mateo a ser uno de sus discípulos. Mateo no era una de las personas con la mejor reputación, era un publicano, un recaudador de impuestos, conocidos en el pueblo por ser “ladrones oficiales” ya que ellos cobraban impuestos exagerados y se enriquecían de ellos.   Las personas con las que Jesús estaba todo el tiempo no eran precisamente un grupo de personas especiales, con la mejor reputación o un grupo “selecto”. La mayoría de las personas íntimas de Él eran personas sencillas, pescadores de profesión, personas tal vez con un título, pero desprestigiados; personas con defectos grandes, de hecho, defectos muy comunes entre nosotros también. Cuando Dios habla de misericordia se refiere a esto, al trato compasivo que se da a una persona más allá de sus méritos.   Los fariseos nunca pudieron comprender esto, fueron cegados convirtiéndose en personas arrogantes, carentes de amor y misericordia al prójimo. Estas características de los fariseos, nosotros los hijos de Dios también las hemos tenido muchas veces.   El evangelio de Jesucristo es el anuncio de las Buenas Nuevas de Salvación a todos no por lo que hagamos, intentemos o dejemos de hacer; sino porque Dios nos ama y anhela darnos el regalo, el don, la dádiva, el derecho, el privilegio, la bendición de la vida eterna en Cristo. Siempre debemos tener en mente que no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Él no vino a llamar a justos sino a pecadores. En su misericordia no importa de dónde vienes, cuál fue tu experiencia de vida o qué concepto tienes de ti mismo. Anhela que no haya nada que pueda impedir que Él nos ame. Esa es la forma en la que nosotros podemos mostrar nuestro agradecimiento y amor a Dios a través de mostrar misericordia a aquellos del grupo “no selecto”, enseñándoles y llevándoles de la mano para que conozcan el Evangelio que da vida.

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