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Desde Mi Corazón
La Paciencia y la Promesa
Wendy Carolina Escobar
(Centro De Vida)
Aired on Jul 02, 2024
Jul 02, 2024
Duración:
00:06:03 Minutes
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Escritura

Hebreos 10:36

Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.

¿Alguna vez te has sentido frustrado por tener que esperar, ya sea en tus estudios, en tus relaciones o en tus sueños? En nuestra vida cotidiana, enfrentar desafíos con paciencia y perseverancia es esencial. Dios tiene grandes promesas para ti, pero a veces necesitas esperar y confiar en Su tiempo perfecto. Hoy vamos a hablar sobre la paciencia y la perseverancia, dos virtudes esenciales en nuestra vida cristiana, especialmente cuando enfrentamos desafíos Hebreos 10:36 nos dice: Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Hebreos 10:36 La Necesidad de la Paciencia, el versículo nos dice “Porque os es necesaria la paciencia”. La paciencia no es solo la capacidad de esperar, sino cómo nos comportamos mientras esperamos. Es mantener la fe y la esperanza incluso cuando las cosas no van como esperamos. Vivimos en una cultura que valora la inmediatez, respuestas rápidas, gratificación instantánea. Sin embargo, muchas cosas valiosas requieren tiempo y esfuerzo. Dios nos llama a cultivar la paciencia. En la Biblia encontramos muchos ejemplos Bíblicos de paciencia. Abraham, esperó años por el cumplimiento de la promesa de Dios de tener un hijo. José, pasó años en prisión antes de ver la realización del sueño que Dios le había dado. David, fue ungido como rey mucho antes de que realmente asumiera el trono. Haciendo la Voluntad de Dios, nos dice “Para que habiendo hecho la voluntad de Dios”. La paciencia implica seguir haciendo la voluntad de Dios incluso cuando no vemos resultados inmediatos. Es confiar en Su plan y propósito para nuestras vidas. La paciencia se manifiesta en nuestra obediencia diaria. Continuar haciendo lo correcto, ser fiel en lo pequeño y confiar en que Dios está obrando en medio de nuestras circunstancias. Ejemplos prácticos de nuestra vida pueden ser los estudios, ser diligente y esforzarse en los estudios, confiando en que Dios tiene un buen futuro planeado. Relaciones, cultivar relaciones saludables y esperar en Dios para las decisiones importantes como el matrimonio. Servicio, servir fielmente en la iglesia y en la comunidad, aunque no siempre veamos los frutos de nuestro trabajo de inmediato. Recibiendo la Promesa, el verso dice “Obtengáis la promesa”. Las Promesas de Dios son seguras. Dios es fiel y Sus promesas son verdaderas. Aunque puede que no veamos el cumplimiento inmediato, podemos estar seguros de que Él cumplirá Su palabra. También mantener la esperanza es fundamental para la paciencia. Sabemos que, al final, Dios recompensará nuestra fidelidad. En medio de las pruebas, Dios promete darnos paz y gozo. Dios tiene un buen plan y propósito para cada uno de nosotros. Y la mayor promesa que nos da, es la vida eterna. Debemos cultivar la Paciencia en la Vida Diaria. A través de la oración y Estudio de la Biblia. Debes fortalecer tu paciencia a través de una relación constante con Dios. La oración y meditar en la Palabra de Dios nos ayudan a mantenernos enfocados en Sus promesas. Estar rodeado de personas que nos animen y nos apoyen en nuestro caminar de fe es crucial. Busquemos consejo y ánimo en los hermanos de nuestra iglesia. Algunos ejemplos de la mejor manera en que podemos ejercitar nuestra paciencia son a través de nuestras tareas diarias, practicar la paciencia en pequeñas tareas cotidianas. Debemos aprender a esperar en Dios para las grandes decisiones y cambios en la vida. Y, por último, cultivar una actitud de gratitud, reconociendo las bendiciones de Dios en cada etapa del camino. A diario recordemos que la paciencia es necesaria para recibir las promesas de Dios. En nuestra vida diaria, enfrentaremos momentos de espera y desafío, pero es en esos momentos donde nuestra fe y confianza en Dios se fortalecen. Recordemos que Dios siempre cumple Sus promesas y que nuestra paciencia no será en vano. ¡No te rindas, sigue adelante con fe y verás cómo las promesas de Dios se cumplen en tu vida!

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