El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado.

En nuestra vida estamos rodeados de diversas relaciones todos los días, con amigos, familiares, compañeros de estudio, de trabajo. Cada una de estas relaciones tienen un impacto significativo sea para bien o para mal. Quiero que hablemos de tres puntos esenciales sobre cómo construir relaciones sólidas y piadosas en nuestras vidas.   Elija sabiamente su compañía. Proverbios 13:20 dice: El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado. Una parte muy importante es que debemos saber seleccionar buenas influencias en nuestras vidas, es muy importante que nos rodeemos de personas que nos ayuden a ser mejores hijos de Dios, a ser mejores personas, a ser mejores cristianos, personas que nos alienten en cuanto a la fe y la obediencia a Dios, no personas que nos desanimen. Debemos evaluar las amistades que tenemos y asegurarnos de que esas amistades vayan en el mismo camino de acuerdo a nuestros valores cristianos. Porque muchas veces estos amigos que no van en el mismo camino que nosotros tratan de poner cierta presión en cuanto a nuestra manera de vivir, y debemos siempre pararnos firmes y defender lo que creemos y hacemos, siempre y cuando sea lo correcto.   La comunicación es clave. Efesios 4:29 nos aconseja: Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Para poder construir relaciones sólidas la honestidad es muy importante, debemos practicar una comunicación abierta y honesta con las personas que nos rodean. Debemos saber ser buenos oyentes, aprendamos a escuchar a los demás, demostrémosles que los respetamos y amamos con nuestra atención. Y uno muy importante y difícil para mí y creo que para muchos es aprender a resolver conflictos de forma pacífica y con gracia hacia los demás, a muchos nos cuesta no exaltarnos o no tener la razón en ciertos conflictos, por naturaleza queremos ganar en todo, pero es necesario que muchas veces doblegar nuestra soberbia y aprendamos a resolver estos conflictos con amor y paciencia, es muy difícil, pero es lo que el Señor nos manda a hacer.   Amar como Cristo amó. Juan 13:34-35 nos recuerda el mandamiento de Jesús: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Debemos seguir el ejemplo de amor desinteresado de Jesús, anteponiendo las necesidades de los demás a las nuestras. Poniendo en primer lugar a las personas antes que a nosotros mismos. También es necesario aprender a perdonar a los demás como Cristo nos perdonó a nosotros. Porque no perdonar lleva a que en nuestros corazones guardemos rencor y el guardar rencor daña las relaciones, guardar rencor daña el corazón y ese es el objetivo de Satanás minar para que en lugar de que estemos fuertes nos debilitemos y seamos más fáciles de vencer. Y por último sirve a los demás, busca oportunidades para servir y ayudar a quienes te rodean, así como Jesús sirvió a los demás.   Pidamos a Dios que nos ayude a elegir sabiamente a nuestros amigos y nosotros ser esos amigos ejemplares también, que podamos comunicarnos con amor y amar como Cristo nos amó. Que nuestras relaciones reflejen tu amor y gracia en todo lo que hacemos.