Copyright 2016-2019 Lifeword
Desde Mi Corazón
Paciencia
Wendy Carolina Escobar
(Centro De Vida)
Aired on Abr 04, 2023
Abr 04, 2023
Duración:
00:03:08 Minutes
Vistas:
5

Escritura

Habacuc 2:3

Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.

Hace tres años a nivel mundial nos tocó experimentar un cambio en nuestras vidas de muchas maneras. Recuerdo que cuando inició la pandemia muchos estábamos emocionados por poder descansar un poco de tiempo en casa y aprovechar para hacer cosas que quizás antes nunca habíamos podido, pero mientras el tiempo iba pasando empezamos a cansarnos de estar en casa y deseábamos que todo regresara a la normalidad. A lo largo de nuestras vidas hemos vivido en un mundo inmediato y veloz en el cual nos es imposible poder quedarnos quietos y esperar, así como nos obligó este suceso. Hablando acerca de lo inmediato y veloz que nos gustan las cosas, podemos ver que somos una sociedad que lo inmediato le agrada, ejemplo de esto es aplicaciones en las que podemos vernos con personas que están al otro lado del mundo, podemos ordenar comida desde la comodidad de nuestras casas, trabajar, tener acceso a películas inmediatamente y muchas cosas más. En su mayoría esto de la tecnología nos ha beneficiado, pero cuando se trata de nuestras vidas nos ha hecho convertirnos en personas impacientes que deseamos todo para ya. En el libro de Habacuc 2:3 encontramos estas palabras de parte de Dios: Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. Habacuc 2:3 En el principio de este libro podemos ver al profeta Habacuc como estaba abrumado por las circunstancias en que se encontraba. Él creía que Dios se había olvidado de Israel, que sus oraciones habían quedado olvidadas porque Dios no oía, y Su presencia no se hallaba más en el pueblo. Por esa razón le reprochaba a Dios por su silencio. Esta sensación de que Dios no nos oye en medio de algún problema o situación difícil en la que nos encontramos es muy común también entre nosotros hoy día. Si no vemos la respuesta inmediatamente pensamos que nuestra oración no fue escuchada. En nuestras vidas debemos aprender a poder esperar, Dios tiene un tiempo predeterminado para todas las cosas, y las respuestas a nuestras oraciones están en su tiempo. Dios tiene un plan para nuestras vidas. Así como en la historia de Habacuc cuando Dios le respondió, le aseguró que tenía el control y que todas las cosas iban de acuerdo con su plan. Es difícil esperar, pero Dios sabe lo que está haciendo. Él tiene el control. Solo debemos esperar con paciencia.

Otros archivos en esta serie