(Centro De Vida)
Escritura
Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
En el recorrido de la vida, todos enfrentamos momentos en los que debemos tomar decisiones que pueden cambiar nuestro destino. Génesis 12:1-7 nos relata uno de esos momentos cruciales en la vida de Abram, donde Dios le hace un llamado que transformaría no solo su vida, sino la historia de toda la humanidad. Hoy quiero invitarte para que juntos reflexionemos sobre cómo responder al llamamiento de Dios y las implicaciones que tiene para nuestro caminar diario. En Génesis 12:1-2 Dios le dice a Abram: "Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Versículos 1-2. Abram obedece sin cuestionar, llevando con él a Sarai, su esposa, y a Lot, su sobrino. Parten hacia la tierra de Canaán, y al llegar, Dios se le aparece nuevamente a Abram y le dice: "A tu descendencia daré esta tierra." Versículo 7. En respuesta, Abram construye un altar al Señor, demostrando su adoración y compromiso con Dios. Este pasaje muestra la fe y obediencia inquebrantable de Abram. A pesar de la incertidumbre y los desafíos que implicaba dejar su hogar y su familia, confió plenamente en la promesa de Dios. Es muy importante hacer notar que el llamamiento de Dios incluye promesas específicas: hacer de Abram una gran nación, bendecirlo y hacer de él una bendición para otros. La acción de Abram al construir un altar es significativa. Representa su reconocimiento de la presencia de Dios y su agradecimiento por las promesas recibidas. Además, establece una conexión espiritual con la tierra que Dios le estaba otorgando, simbolizando su compromiso y fe en el plan divino. El llamado que Dios hizo a Abram es un recordatorio poderoso para cada uno de nosotros de cómo debemos responder cuando Dios nos llama. Somos desafiados a confiar en Él incluso cuando el camino no está claro y a obedecer Su dirección sin reservas. Al igual que Abram, estamos llamados a ser una bendición para otros, permitiendo que Dios obre a través de nosotros para impactar positivamente el mundo que nos rodea. Preguntémonos: ¿Estamos dispuestos a dejar nuestra zona de confort para seguir el plan que Dios tiene para nosotros? ¿Cómo podemos demostrar nuestra fe y obediencia en las situaciones cotidianas? Recordemos que, como Abram, nuestras acciones de fe pueden tener repercusiones que van más allá de lo que podemos imaginar. Recuerda que el llamamiento que Dios hace es una invitación a participar en Su propósito eterno. Siguiendo el ejemplo de Abram, que nuestra respuesta sea de fe, obediencia y adoración, confiando en que Él cumple Sus promesas y que Su plan es siempre para nuestro bien y el de aquellos que nos rodean.
Otros archivos en esta serie
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)