Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.

En nuestra vida espiritual, es fácil sentirse perdido o abrumado por las distracciones, tentaciones y pruebas.   Pero Dios nos promete que hay un camino, un camino santo, que ha preparado para nosotros. No es un camino que podamos encontrar con nuestra propia sabiduría o esfuerzo, sino uno que se nos revela a través de la relación y la intimidad con el Señor.   ¿Cuál es ese camino? “El camino de la Santidad", debemos estar dispuestos a entregarnos a Dios, a dejar de lado nuestra pasada forma de vivir y buscar la pureza y la santidad en Él. La promesa es clara: cuando caminamos en el camino que Dios ha establecido, no nos perderemos.   Es importante recordar que la base de este camino es la redención. No es por nuestras obras o esfuerzos que accedemos a este camino, sino por la gracia de Dios, por la obra redentora de Jesucristo.   Isaías 35:8 dice: Y habrá allí calzada y camino,  y será llamado Camino de Santidad;  no pasará inmundo por él,  sino que él mismo estará con ellos;  el que anduviere en este camino,  por torpe que sea,  no se extraviará.   Este versículo es un recordatorio alentador de que, aunque somos imperfectos, Dios nos ha hecho dignos a través de su amor redentor. Si estas en Cristo, estas en la Ruta correcta. Dios te bendiga…