En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Es una bendición muy grande el poder compartir con cada uno de ustedes nuestros devocionales de La Ruta Correcta, desean que este nuevo año podemos continuar aprendiendo juntos a través de Lifeword en español.   El texto de nuestro devocional se encuentra en Génesis 1:1-3 que dice: En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.   Desde el principio de la Biblia, se nos presenta a Dios como el Creador todopoderoso. En solo tres versículos, podemos ver el poder y la autoridad de nuestro Dios para traer orden al caos y luz a las tinieblas. Este pasaje nos llama a reflexionar sobre la naturaleza eterna de Dios y su poder ilimitado. Nos muestra que antes de que existiera cualquier cosa, ya estaba Él, y que todo lo que vemos y conocemos fue creado por su palabra.   En estos versículos, vemos tres atributos fundamentales de Dios. Primero, Él es el Creador, pues en el principio crea los cielos y la tierra. Segundo, vemos que la tierra estaba desordenada y vacía, pero el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas, lo cual muestra su presencia y control incluso en el caos. Tercero, observamos cómo Dios habla y todo comienza a cambiar: la luz aparece en medio de las tinieblas por el poder de su palabra.   Otra cosa interesante que este pasaje nos revela es que Dios no solo es el Creador, sino también el Dios que trae orden donde hay desorden, y luz donde hay tinieblas. Su palabra es poderosa y eficaz. Aun cuando todo parecía estar sin forma y vacío, Dios ya tenía un plan para transformar la situación. Esto nos enseña que Dios es eterno, siempre ha estado presente, y tiene la capacidad de transformar incluso nuestras circunstancias más oscuras. El hecho de que el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas nos recuerda que su presencia siempre está con nosotros, preparándolo todo para la obra que Él quiere hacer.   En nuestras propias vidas, a veces enfrentamos momentos en los que todo parece estar desordenado y vacío. Puede que sintamos que estamos en la oscuridad, sin saber cómo avanzar. Este pasaje nos anima a confiar en el poder de nuestro Dios eterno. Si Él pudo traer orden al caos y luz a las tinieblas al principio de la creación, también puede hacer lo mismo en nuestras vidas. La clave está en permitir que su palabra transforme nuestra realidad, confiando en que su Espíritu está obrando, aun cuando no lo podamos ver claramente. Recordemos que nuestro Dios siempre ha estado, está y estará presente, y que su poder no tiene límites.   Si eres un creyente en Cristo Jesús recuerda esto: Nuestro Dios es eterno y todopoderoso. Al meditar en cómo Él creó todo desde la nada, recordemos que también puede transformar nuestras vidas si confiamos en su palabra y en su presencia. Si no eres un creyente en Cristo Jesús déjame decirte que no importa cuán desordenada o vacía pueda parecer tu situación, Dios tiene el poder de traer luz y orden a tu vida si le permites obrar.