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La Ruta Correcta
El Nuevo Nacimiento Y Bautismo Del Eunuco
Pastor - Carlos Panameño
(Centro De Vida)
Aired on Ene 22, 2024
Ene 05, 2024
Duración:
00:05:21 Minutes
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Escritura

hechos 8:36-39

Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. 39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.

Llegamos al final de la historia que encontramos En Hechos 8:26-39 donde Felipe uno de los diáconos de la iglesia primitiva, tiene un encuentro con un eunuco etíope. Ya vimos que Felipe fue guiado por el Espíritu Santo a este encuentro.   También vivimos que este eunuco, era un hombre de influencia y poder y que anhelaba comprender las Escrituras que leía. Felipe, dirigido por el Espíritu, se convierte en el instrumento para revelarle la verdad. Este hombre convencido por las palabras de Felipe y movido por el Espíritu toma una decisión, podríamos decir que toma la decisión más importante de su vida. Evidenciando de esta manera el poder transformador del Evangelio.   Leamos hechos 8:36-39…“36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carromato; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. 39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino”. De este maravilloso pasaje que acabamos de leer, podemos extraer valiosas lecciones que podemos aplicar a nuestra propia relación con Dios.   Primero; la Sed De Buscar a Dios: El eunuco, al encontrarse con las Escrituras, estaba hambriento de conocer a Dios y entender Su Palabra. Su pregunta fue, "¿qué impide que yo sea bautizado?" esta pregunta revela su deseo sincero de obedecer a Dios y ser parte del Reino de Dios. muchas veces, el primer paso hacia la salvación es sentir una profunda necesidad espiritual y un anhelo de encontrar a Dios.  El Salmo 42:1 dice: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti,  oh Dios,  el alma mía”.   Segundo; La Importancia De La Fe y El Arrepentimiento: Felipe le respondió al eunuco que podía ser bautizado si creía "de todo corazón." El arrepentimiento y la fe son fundamentales para el nuevo nacimiento. Creer en Jesucristo como el Hijo de Dios y arrepentirse de sus pecados son pasos esenciales para la reconciliación con Dios y la entrada en Su Reino. 1 Timoteo 2:5 dice: “Porque hay un solo Dios,  y un solo mediador entre Dios y los hombres,  Jesucristo hombre”.   Tercero; La Obediencia Al Bautismo: Una vez que el eunuco confesó su fe en Jesucristo, no dudó en obedecer el mandato de ser bautizado. El bautismo es una expresión pública de la fe y el compromiso con Cristo. Es un acto de obediencia que simboliza la muerte al pecado y la resurrección a una nueva vida en Cristo. Romanos 6:4 dice: “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo,  a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre,  así también nosotros andemos en vida nueva”.   En cuarto Lugar; La Transformación y el Gozo del Espíritu Santo: Después del bautismo, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe, y el eunuco siguió su camino "gozoso." Esta experiencia refleja la obra del Espíritu Santo en la vida de aquellos que se entregan a Dios. La transformación interior y el gozo que experimentamos como cristianos son evidencia de la presencia de Dios en nuestras vidas.   Hechos 8:36-39 nos recuerda la maravillosa obra de la salvación que Dios ofrece a todos los que buscan sinceramente Su rostro. Nos anima a tener hambre de Dios, a creer en Jesucristo, a arrepentirnos de nuestros pecados y a obedecer Su Palabra a través del bautismo. Al hacerlo, experimentamos la transformación, la paz y el gozo que solo Dios puede brindar.

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