(Centro De Vida)
Escritura
Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día
Al final del listado de las virtudes del fruto del Espíritu aparece la templanza o dominio propio. El mismo Señor Jesús exhortó a sus discípulos a no permitir que estos sentimientos o deseos los controlen: En Lucas 21:34 dice: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”. Jesús hablando de ese gran día, cuando el aparezca en las nubes para recibir a todos aquellos que hemos creído en él. Guardando nuestro corazón de los afanes de este mundo. Como seres humanos sin Cristo somos incapaces de someter nuestra voluntad a lo bueno, ya que el pecado nos domina tal y como Jesús lo dice en este versículo, Sin embargo, por obra del Espíritu Santo se nos otorga esta preciosa virtud que nos ayuda a mantener nuestras paciones, deseo carnales y los afanes de esta vida bajo control. Por ello el apóstol Pablo exhortaba constantemente a controlar nuestra vida abandonando todas nuestras antiguas costumbres pecaminosas y no dejarnos gobernar por ellas. Como, por ejemplo: Colosense capitulo 3 “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría… Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca… despojándonos del viejo hombre y revestidos del nuevo hombre, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno. Sabiendo hermanos los altibajos que el cristiano enfrenta, Dios nos ha otorgado de un poder a través del Espíritu Santo el cual es la Templanza o dominio propio. Sin embargo, El Apóstol Pablo agrega a la lista la palabra dominio propio cuando en una de sus cartas a Timoteo le dice: porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. No importa cuán dotada sea una persona de parte de Dios, sus dones nunca alcanzarán su potencial máximo sino hay firmeza en él. El deseo de Dios es que alcancemos grandes promesas y explotemos al máximo la nueva vida que Él nos ha otorgado, pero si somos indisciplinados jamás lo lograremos. En conclusión: Amados hermanos y amigos. Quiero que pensemos en estas dos preguntas: ¿Hasta qué punto te controlas? ¿Hasta qué punto controlas tus acciones y tus reacciones? Para que tú controles todo deseo y los afanes de la vida es necesario que Dios te controle a ti. Que él tenga señorío en tu vida. Solo así nuestra vida cambiara y seremos fuertes a la hora de la prueba, a la hora de tomar nuestras propias decisiones. Recuerda que Jesús es el camino la verdad y la vida. ¡¡¡Dios te bendiga!!!
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