En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

La luz de una estrella solitaria en la inmensidad del cielo nocturno de diciembre es un símbolo eterno de guía y revelación. Así como esa luz rompe la oscuridad, el nacimiento del Salvador ilumina nuestro mundo con una esperanza que no conoce fronteras, un faro que nos llama a encontrar lo divino en medio de nuestras noches más oscuras.   El evangelio de Juan 1:4-5 dice: “En él estaba la vida,  y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece,  y las tinieblas no prevalecieron contra ella.   La oscuridad a menudo simboliza confusión, desesperación, ignorancia y pecado en las Escrituras,  mientras que la luz representa esperanza, verdad y la presencia de Dios. No hay duda de que este año que esta por finalizar todos hemos enfrentado momentos oscuros en nuestras vidas, tiempos en los que parecía que la esperanza estaba perdida y donde la confusión reinaba. Sin embargo, el Evangelio de Juan nos recuerda que, en medio de esa oscuridad, hay una luz que nunca puede ser opacada por nada.   Desde el principio de la creación, Dios separó la luz de la oscuridad (Génesis 1:3-4). La luz se convirtió en un símbolo de su presencia, guía y verdad. Jesús, como la encarnación de esa luz, vino a un mundo oscurecido por el pecado y la incredulidad. Pero, a pesar de toda oposición, su luz brilló y sigue brillando con firmeza.   El hecho de que "las tinieblas no la vencieron" nos da esperanza. Significa que no importa que tan profunda sea la oscuridad en nuestras vidas, la luz de Cristo puede y resplandecerá a través de ella. No hay situación ni profundidad de desesperación que pueda eliminar esa luz.   Déjame decirte que cada uno de los que hemos aceptado a Jesús como nuestro Salvador, lleva esa luz. Al aceptar a Jesús en nuestros corazones, nos convertimos en portadores de esa luz divina. Ahora, nuestra responsabilidad es no ocultarla, sino dejarla brillar para que otros puedan ver y encontrar el camino hacia el amor, la salvación y la gracia de Dios.   Hoy, si te encuentras en un momento oscuro, debes recordar que la luz de Jesús brilla mucho más en las tinieblas. Busca esa luz, aférrate a ella, y deja que ilumine tu camino. Y si estás en un lugar de paz y claridad, asegúrate de compartir esa luz con los demás.   Vamos a Orar: Señor, te agradecemos por ser la Luz en medio de nuestra oscuridad. Ayúdanos a reconocer tu presencia incluso en los tiempos más oscuros y a ser portadores de tu luz en este mundo que tanto la necesita. Que nuestra vida refleje tu amor y verdad para que otros puedan ser atraídos hacia ti. En el nombre de Jesús, Amén. Que Dios te bendiga…