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Escritura
Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros
Ya vimos en el estudio anterior que benignidad es una virtud que nos ayuda a ser amables, que expresa misericordia y nos ayuda a no dañar a nadie, de tal forma que nos convierte en personas agradables con las cuales los demás quieren pasar tiempo; sin embargo, ¿qué es bondad? La bondad es la virtud que crea en nosotros la disposición para hacer buenas obras, es decir, ayudar a los demás. Romanos 15:14 dice: “Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros”. Si nos damos cuenta la benignidad nos ayuda a ser misericordiosos y amables con las personas, es decir, crea la compasión para desear hacer el bien a otros, pero la bondad transforma estas buenas intenciones en acciones. Por tanto, un buen cristiano tiene que ser alguien benigno y bondadoso. En este versículo de Romanos 15:14 el apóstol Pablo nos enseña mucho en cuanto a la bondad, la cual era una característica que los creyentes de este lugar eran conocidos. Nosotros también tenemos que esforzarnos para que las personas vean en nosotros la obra que Cristo realizo a través de nuestras buenas obras. Si bien es cierto, la salvación es por fe y no por obras, pero esto no significa que estas últimas no son importantes en la vida del creyente, al contrario, se vuelven un factor importantísimo e indispensable en la vida del cristiano. Como lo enseña Pablo a los Efesios: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Si nos damos cuenta la salvación del alma no depende de nuestras obras, sino de nuestra fe en Jesús; pero esto no significa que debamos ignorar el tema de las buenas obras en la vida cristiana ya que hemos sido creados en Cristo Jesús para buenas obras y para que ejerzamos esas buenas obras a los demás, activando el fruto del Espíritu de la Bondad. Jesús espera que nuestra vida sea agradable a Él y a partir de allí se vuelve importante nuestra actual conducta porque ella es un reflejo de lo que tenemos adentro. En conclusión, podemos decir que la bondad es un fruto que el Espíritu produce en el creyente que lo impulsa a hacer lo bueno, pero al mismo tiempo le da el discernimiento de cómo hacerlo, siendo tanto así que es capaz de amonestar con toda prudencia a todos aquellos que se han desviado por el mal camino con el fin de volverlos a la senda de justicia. Por tanto, el cristiano necesita desarrollar la bondad siendo así uno de los frutos del Espíritu, produciendo toda clase de buenas obras que reflejen a este mundo la obra Redentora que Cristo ha hecho en ellos. Así que si tu estas en Cristo, vas por el camino correcto. Dios te bendiga
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