Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante

En la Antigüedad como en la Actualidad se realizan grandes competencias de atletismo en grandes anfiteatros o Estadios, lugares donde mucha gente llega para ver correr a su atleta favorito y están expectantes de un triunfo que solo sabremos si se llega a la meta o no. En Hebreos Cap. 12:1 dice: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”.   La paciencia es otra característica del fruto del Espíritu en el creyente. En este versículo el autor de la carta a los hebreos compara la vida cristiana con una carrera donde existe un gran número de testigos que nos observan. La palabra testigo en este versículo que literalmente significa mártir, son aquellos testigos o mártires llamados los héroes de la fe que aparecen en el capítulo 11 de esta misma carta a los hebreos. Los cuales no son simples espectadores, sino verdaderos ejemplos que nos inspiran a muchos cristianos a vivir en fe.   Los corredores griegos tenían la costumbre de despojar toda vestimenta antes de la carrera con el fin de eliminar cualquier peso que pudiera hacerlos menos veloces, de igual manera, los creyentes debemos despojarnos de todo peso que nos angustie y en especial del pecado que nos asedia. Esta carrera debe ser corrida con mucha paciencia ya que no se trata de llegar primero, sino llegar a la meta. Por lo tanto.   La paciencia es esa virtud que nos ayuda a mantenernos constantes y soportar las situaciones difíciles de la vida. De hecho, la vida cristiana requiere de constancia en medio de las circunstancias que nos rodea, para no desanimarnos en medio de las pruebas y desistir de la carrera. Necesitamos desarrollar la resistencia en medio de las calamidades y así culminar la carrera que tenemos por delante.   La paciencia mis amados hermanos tiene un propósito en nuestras vidas: La Paciencia nos disciplina, moldea nuestro carácter desarrollando el fruto del Espíritu en nosotros, ya que estaremos expuestos a diversas pruebas en nuestra vida cristiana.   La paciencia me enseña a depender de su Gracia. El Apóstol Pablo en 2 Corintios 12:10 dice: Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” en algunas ocasiones pueden ocurrir momentos difíciles, pero debemos tomar ventaja de ello y así acercarnos más Jesucristo.   Como tercer punto y el más importante. Ejercer la Paciencia hasta la venida del Señor. Santiago cap. 5:7-8 dice: “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor”. “Tened vosotros paciencia, y afirmar vuestros corazones; porque la venida del señor se acerca”. Dios te bendiga.