Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Imagina cómo sería poder conversar con Dios y oír su voz todos los días. ¿No sería fantástico?  Podrías recibir directamente de Dios instrucción, consuelo, ayuda y dirección para tu vida. Pero veamos que nos enseña la Biblia acerca de escuchar su voz y el medio que él ocupa para hablarnos.   2 Timoteo 3:16-17 dice: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.   Hay dos detractores que surgen cuando no tenemos un hábito en la lectura de la palabra de Dios, porque, aunque no lo creas es una base fundamental estar empapados de su palabra. La misma escritura dice; que la Fe viene por el oír, y el oír la palabra de Dios.   Isaías 5:13 dice: Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento… y en el libro de Oseas 4:6 dice: Mi pueblo fue destruido, porque le falto conocimiento.   El primer detractor que podemos observar es estar CAUTIVOS a los deseos de la carne y a la vana gloria de la vida. Y por ende esto nos va llevando a la DESTRUCCION.   La verdad que escuchar la voz de Dios no es apenas imaginación, sino que es posible. A través de la Biblia Dios habla contigo. Él inspiró a las personas que escribieron la Biblia para que te transmitieran su mensaje.   Cuando lees la Biblia, lees la palabra de Dios. Con la ayuda del Espíritu Santo al leer la Biblia entramos en la presencia de Dios y aprendemos de él. Por eso, busca tu Biblia y deja que Dios te hable.   ¿Quieres saber cómo se hace para oír a Dios a través de la Biblia?:   Primer lugar: Ora a Dios pidiendo que su Espíritu Santo guíe tu tiempo de lectura y que te dé entendimiento.   Segundo Lugar: Aparta un tiempo cada día para leer la Biblia con atención.   Tercer Lugar: Piensa y reflexiona durante el día sobre lo que leíste.   Es algo muy fácil de implementar en tu vida diaria, y te aseguro que cuando vengan esos días malos. Tu estarás firme y tendrás las herramientas adecuadas para pelear la buena batalla. En Cristo Jesús.  Dios te bendiga.