Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.

Dentro de la interpretación bíblica hay una figura literaria que se llama “personificación” que consiste en atribuir propiedades humanas a seres que carecen de vida, al cual se les hace hablar, actuar o reaccionar como una persona. Este texto es un ejemplo de ello, aquí tenemos a los cielos, a la tierra y a los montes que adquieren vida y reaccionan ante el poder de Dios sobre su creación, es interesante pero estos actores anteriormente sirvieron como testigos del Juicio de Dios en contra de su pueblo, sin embargo, ahora sirven como testigos alegres de la fidelidad de Dios. En primer lugar el texto comienza diciendo “cantad alabanzas, oh cielo” La alabanza es una expresión del gozo que llevamos dentro. el mundo está lleno de alabanza, los lectores alaban su poeta favorito, los hinchas alaban a su selección, los intelectuales alaban a su científico favorito, los enamorados se alaban el uno al otro. La alabanza es una expresión que nace en el corazón por aquello en lo cual nos deleitamos, por tal motivo no existe tal cosa como alabanza triste. Si los cielos alaban a Dios por las múltiples bondades de Dios para con los hombres, cuanto más debiera hacerlo su pueblo que es el recipiente de ese amor. En segundo lugar, dice nuestro texto “alégrate tierra” la alegría es un sentimiento grato y vivo que nace cuando las cosas van bien en la vida de uno. Israel por mucho tiempo experimentó la desgracia por ser insensible a la voz de Dios, sin embargo, en días futuros después de su quebrantamiento experimentará el gozo y la alegría que nacen de una relación profunda con Dios. Y en tercer lugar “prorrumpid en alabanzas oh montes” la palabra prorrumpid es sinónimo de exclamar, aclamar o gritar. Los montes aclaman con fuerza a Dios por su amor infinito y desean expresar esta gran verdad a los cuatro vientos. ¿Qué de nosotros? ¿Con que intensidad alabamos a Dios? ¿cuándo cantamos se escucha más la música o nuestras palabras? Que bendición es poder cantar a todo pulmón y que no te metan a la cárcel por ello, en China y la India muchos de nuestros hermanos en la fe no tienen ese privilegio, así que aprovechémoslo, que todo el mundo sepa que en lugar donde nos congregamos hay un pueblo que alaba a Dios. Y ¿Cuál es la razón de toda esta alabanza? Dice el texto “porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia” el pueblo de Dios se alejó de él y simplemente cosechó aquello que había sembrado; sin embargo, Dios está ahí como un padre, esperando el regreso de su amada nación, el desea aliviar toda pena y dolor, sin embargo mientras el orgullo y la justicia personal caracterice a su pueblo esto será imposible, él desea que su pueblo se acerque a él en pobreza espiritual, que se acerquen a él habiendo perdido toda confianza en sus fuerzas espirituales y en su justicia personal, solo así podrán descansar plenamente en Dios y gozaran de su misericordia. Si vives una vida triste y en profundo dolor a causa de tu pecado, recuerda: Dios está contigo y está listo para consolarte, sanar tus heridas y darte una nueva vida. Pero, tal vez digas, he caído tan bajo que no creo Dios pueda perdonarme, mi vida esta tan manchada por el pecado que ya no hay esperanza para mí. Esto no es verdad, todavía hay esperanza, es más personas como tu son las personas que el busca, bien dijo nuestro maestro “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos…no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.” Ven a él querido amigo, ven a él tal como eres, no intentes maquillarte con una pizca de buenas acciones, reconoce tu bancarrota espiritual y ven a él que la misericordia de Dios está al alcance de todos.