El entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.

Cierto día cuando Jesús se encontraba en el templo, sus discípulos se le acercaron para mostrarles los edificios de aquel lugar. El templo de Jerusalén era una de las edificaciones más impresionante del mundo, hecho de bloques macizos de piedra adornados con ornamentos de oro. Al ver todo esto el maestro no se impresiono, sino por el contrario les dijo a sus discípulos: “de cierto os digo que no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada”. Más tarde en el monte de los olivos se le acercaron nuevamente y le preguntaron ¿Cuándo serán estas cosas y que señal habrá de tu venida y del fin del mundo? A lo que Jesús respondió diciendo “mirad que no seáis engañados” la palabra mirad es un llamado a prestar suma atención, un llamado a estar vigilante contra el engaño del maligno. Satanás a lo largo de la historia se ha caracterizado por engañar a la gente, engañó a Eva para que desobedeciera abiertamente a Dios, y desde ese día en adelante engaña a multitudes para que no conozcan la verdad, sino que vivan cegados a la luz del evangelio. ¿Cómo lo hace? El Apóstol Pablo responde a esta pregunta, al decir “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” Satanás es un experto en el uso de disfraces, vendrá a ti como una mansa oveja y tan pronto le recibas el lobo rapaz que lleva dentro saldrá a relucir. El texto continúa diciendo “porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo” esto que afirmo nuestro Maestro se ha cumplido y se va cumpliendo a lo largo de los años, tantos hombres se han presentado afirmando ser el Mesías, muchos de ellos simplemente estaban locos, otros se aprovechaban de los demás a propósito, algunos buscaban prestigio personal y otros rescatar al pueblo de la opresión. Pero, aunque variaran sus métodos, motivos y afirmaciones, todos tenían algo en común: eran falsificaciones satánicas del verdadero Mesías, Jesús de Nazaret. Como algunos ejemplos de ellos tenemos a Simón Bar Kojba a quien el rabí líder de su tiempo identificó como el Mesías, este lideró una insurrección contra Roma en el siglo 2 y conquistó Jerusalén durante tres años, donde se le llamó rey y mesías, sin embargo los Romanos aplastaron la rebelión, retomaron Jerusalén y masacraron a Bar-Kojba y a seiscientos mil seguidores suyos; en el siglo 17 se levantó Sabbethai Zebi quien se autoproclamó “rey de los reyes de la tierra” y atrajo una gran cantidad de seguidores entre los Judíos de Europa occidental, Zebi se convirtió después al islam y a la larga lo ejecutaron. En el siglo 19 Arnold Potter afirmó que el espíritu de Jesucristo entró en su cuerpo y se convirtió en el Hijo del Dios vivo. Pero lástima por él, murió en un intento de ascender al cielo saltando de un acantilado. En el siglo 20 Krishna Venta fundador de la secta “Fuente de la Sabiduría, el conocimiento, la fe y el amor” en California a finales de 1940, declaró que él era el Cristo, el nuevo Mesías y que vino a la tierra desde el planeta Neophrates, hoy desaparecido. Fue asesinado por dos de sus antiguos seguidores descontentos que lo acusaron de abuso de culto, mal uso de dinero y de abusar de sus esposas. En el siglo 21 Alan John Miller de Australia, líder de la Verdad Divina, afirmó ser el Jesucristo encarnado y su esposa María Luck es según él el regreso de María Magdalena a la tierra. Este largo desfile de charlatanes que afirman ser el Mesías, culminará con el último falso mesías que será el anticristo, el cual se opondrá contra Dios, y engañará a la gente haciéndose pasar por Dios, con gran poder y señales y prodigios mentirosos. El texto culmina con las palabras “no vayáis en pos de ellos” estos hombres han engañado a millones a lo largo de los años, sin embargo, el creyente tiene que estar alerta y conocer tan bien la palabra de Dios que cuando estos se presenten simplemente rechazar sus enseñanzas y estar listos para presentar defensa de la fe. Dios los bendiga.