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¿Que Me POngo Hoy?
La Armadura De Dios - Parte 2
Paul Tinoco Huaraca
(Centro De Vida)
Duración: 00:05:02 Minutes
Listens:
15
Aired on Mar 26, 2019

Escritura

Efesios 6:12

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

En el texto vemos 3 cosas importantes. En primer lugar, la lucha del creyente, en segundo lugar, una pelea equivocada y en tercer lugar el poder de nuestro verdadero enemigo. Lo primero que notamos en el texto es que nos encontramos en una guerra, en un enfrentamiento contra las fuerzas del mal. La palabra lucha que utiliza Pablo no es una alusión a un simple juego deportivo, sino a un combate mano a mano. En los tiempos de los Romanos cuando los luchadores entraban al ring para luchar, estos colocaban sus manos en el cuello del otro y no solo presionaban sus hombros, sino trataban de presionar su cabeza al suelo y si su cabeza permanecía en el suelo durante cierto tiempo este hombre moría, nuestra lucha con satanás no es un juego, es una lucha de vida o muerte. Vivir para Cristo no es caminar en el campo recogiendo delicadas flores, es caminar en medio de un campo minado, rodeado de francotiradores que lo único que querrán es hurtar, matar y destruir. En segundo lugar, vemos una pelea equivocada. Una de las armas que Satanás utiliza en el mundo es el generar discordia, peleas, celos, iras y contiendas entre nosotros, su plan es el que olvidemos verdaderamente contra quien es el que tenemos que luchar. El texto es bien claro, nuestra lucha no es “contra sangre y carne”, es decir no es contra seres humanos, esa es una buena razón del porque no debemos de odiar a los hombres ya que hay fuerzas infernales detrás de todo lo malo. En tercer lugar, vemos el poder de nuestro verdadero enemigo. Bien dice nuestro texto “sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” nuestro enemigo no solo es fuerte, sino también es estratégico y organizado, aquí notamos cuatro categorías de seres demoniacos. En primer lugar, tenemos a los principados y a las potestades, que quizá sean los que están involucrados en operaciones más elevadas, luego tenemos a los gobernadores de las tinieblas de este siglo, estos son demonios que se infiltran en la estructura política del mundo y bajo la providencia permisiva de Dios controlan tiránicamente el mundo de la ignorancia, del pecado y la maldad y por último tenemos a las huestes espirituales de maldad, un ejército que está en oposición abierta a la luz y a la verdad y que se caracterizan por ser espíritus engañadores, seres inteligentes que tienen una religión y doctrina propia, que se oponen abiertamente a los propósitos de Dios, que afligen al hombre y aún pueden tomar posesión de él y que luchan contra el creyente todos los días tratando de hacerle caer. Para nuestro enemigo la guerra no es un chiste, él está preparado y listo para acabar con nosotros, esta es la razón por la cual el apóstol Pablo nos insta vez tras ves a vestirnos de toda la armadura de Dios, solo así podemos permanecer firmes en medio de este mundo caído, solo así podemos permanecer firmes ante un enemigo tan poderoso, solo así podemos acabar nuestros días y decir como el apóstol Pablo “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”

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