Escritura
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Todos los días al levantarnos tomamos unos momentos del día para pensar y preguntarnos ¿qué nos vamos a poner hoy? algunos demoran unos cuantos minutos, sin embargo, otros pasan horas y horas viendo que traje o atuendo le queda mejor, de la misma forma cada vez que nos levantamos y comenzamos el día, antes de salir debiéramos preguntarnos ¿estoy vestido de la armadura de Dios? ¿Qué es la armadura de Dios? ¿de dónde surgió esta idea? El apóstol Pablo la mayor parte de su ministerio la paso en prisión, aún esta carta a la iglesia en Éfeso fue escrita desde ese lugar, sin embargo, en vez de escribir de lo triste de su situación el trataba de sacar algo bueno aun de la adversidad. Me imagino que mientras estaba sentado y privado de la libertad fijo su mirada en un soldado Romano que custodiaba la cárcel vio cada una de las piezas de su armadura y pensó en la importancia de cada una de ellas en medio de la guerra. De pronto se dijo a si mismo ¿no pasa lo mismo con el creyente? Estamos en una guerra, tenemos un enemigo y tenemos que hacerle frente. Muchos tiemblan de miedo y terror al escuchar en las noticias de que estamos a puertas de una probable tercera guerra mundial, sin embargo ¿sabían que en este mismo momento estamos en guerra? El mundo es un campo de batalla, las fuerzas de Dios versus las fuerzas de Satanás están en conflicto, es una batalla entre lo bueno y lo malo, es una lucha de vida o muerte. ¿somos conscientes de ello? Muchas veces nos volvemos tan autocomplacientes, vamos a la iglesia cada semana y nos sentimos bien al lado de nuestros hermanos, disfrutamos de todas las actividades en la iglesia, nuestros hijos crecen escuchando la palabra de Dios, salimos en la mañana al trabajo y retornamos a nuestro hogar en la noche, y el mundo es todo hermoso y glorioso. Nos hemos encerrado tanto en nuestro mundo que olvidamos que una batalla se está llevando a cabo, Las balas pasan por nuestras narices y caminamos sobre un charco de sangre y no nos percatamos de ello, millones de almas están cautivas en los brazos de satanás y miles mueren cada día sin esperanza y nosotros como si no pasara nada. Alguien dijo “la iglesia no es un crucero de placer sino más bien un barco de batalla” y si usted no se ha dado cuenta de ello, probablemente sea porque usted no es soldado de Jesucristo o no es uno bueno que podamos recomendar. ¿Cómo saber si realmente estamos metidos en la batalla? Es fácil saberlo, solo mire su vida y pregúntese ¿en qué invierto mi tiempo? ¿en qué invierto mi dinero? ¿en qué invierto mis dones y talentos? ¿en qué invierto mis energías? Si es en las cosas pasajeras y mundanas, usted no entiende la batalla en absoluto. Pero si es para cosas de valor eterno, usted es parte de la batalla. ¿Y en esta batalla quién es nuestro enemigo? El texto lo dice bien claro, su nombre es el diablo, hoy en día cuando hablamos del diablo o de satanás la gente se ríe de él y no lo ve como algo real, sino más bien como una caricatura creada por la religión; sin embargo nuestro enemigo es real, es un adversario destructivo, el vendrá a ti vestido de oveja pero por dentro lo único que querrá es hundirte y destruirte eternamente, y para lograr su cometido es metódico y estratégico, él te dirá cosas como “disfruta de tu pecado y veras que no sufrirás las consecuencias de ello”, el podrá retroceder dos pasos con tal de avanzar tres, el aún puede aparentemente bendecirte y ayudarte, el hará todo lo que este a su alcance para quitar tu mirada de Dios; sin embargo, también es un enemigo derrotado, Cristo lo venció en la cruz del Calvario. Y tal vez te preguntes ¿si Satanás es un enemigo derrotado? ¿Porque es que tengo que ser advertido? Es porque Satanás todavía tiene poder en esta tierra. Según las estadísticas cinco de cada treinta y cuatro mordidas de serpientes, fueron ocasionadas por serpientes que se pensó que estaban muertas y algunas veces incluso cortadas la cabeza. Esta es una buena ilustración de Satanás, Cristo le corto la cabeza a Satanás en la Cruz del calvario, sin embargo, todavía esta con vida y si no nos vestimos cada día de la armadura de Dios seremos un blanco fácil del enemigo y nuestra caída será estrepitosa
Otros archivos en esta serie
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)