Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;

El escudo Romano del cual habla Pablo tenía alrededor de 80 centímetros de ancho y un metro con veinte centímetros de alto, estaba hecho de un pedazo solido de madera y se cubría con metal o cuero resistente, servía de protección contra las flechas y lanzas del enemigo. La fe es la confianza básica en Dios, en sus palabras y en todas sus promesas. No es lo mismo creer en Dios que creerle a Dios. muchos creemos en él, pero son pocos los creyentes que confían plenamente en que cada una de sus palabras son verdad. ¿Qué es confiar? Se cuenta que cuando John Paton estaba traduciendo la Biblia para una tribu, entonces descubrió que no tenía una palabra para describir la confianza o la fe. Sin embargo, cierto día un nativo que había corrido una larga distancia llegó a la casa del misionero, se dejó caer en una silla grande y cómoda y dijo: “es bueno dejar caer todo mi peso sobre esta silla” “eso es”, dijo Paton; “voy a traducir fe diciendo que es dejar caer todo nuestro peso sobre Dios” Las flechas de los guerreros tenían ciertas características, la punta era envuelta con pedazos de tela cubiertos de brea de tal modo que, al encenderlas y lanzarlas, eran dardos de fuego sumamente dañinos, por tal motivo los escudos de los soldados eran sumergidos en agua de tal modo que podían detener y apagar las flechas enemigas. En el área espiritual esos dardos representan las tentaciones que continuamente serán lanzadas contra el creyente, ante esto tenemos que desechar las mentiras de Satanás y confiar en la palabra de nuestro Dios. Por su parte El yelmo o casco de un soldado era hecho de cuero grueso cubierto de placas metálicas o de metal pesado ya que protegía la cabeza de la espada del enemigo. Si un soldado se sacaba el yelmo por un instante, corría el riesgo de ser decapitado por un soldado de a caballo. El yelmo de salvación representa todo el proceso de salvación, la mente del creyente está segura y protegida cuando el pensamiento de su salvación la rodea plenamente. En primer lugar somos salvos del castigo eterno, en el momento en el cual confiamos en Cristo como salvador, pasamos de muerte a vida, de hijos de ira a Hijos de Dios, de enemigos de Dios a amigos suyos, de ciudadanos terrenales a ciudadanos celestiales, el castigo eterno que merecíamos en el infierno fue pagado por nuestro amado salvador en la cruz del calvario; en segundo lugar somos salvos del poder del pecado, en Cristo somos libres de la esclavitud del pecado, ella nunca más tendrá el mismo poder sobre nosotros, las cadenas están rotas, las rejas fueron abiertas, ahora podemos vivir en santidad y agradar a nuestro Dios por medio del sacrificio de nuestro amado Rey. Y en tercer lugar seremos salvos de la presencia del pecado, muy pronto el pecado será quitado de raíz se nuestras vidas, muy pronto cuando nuestro corazón deje de latir estaremos al lado de nuestro amado Dios con cuerpos transformados. Por último, tenemos la espada del soldado, esta tenía una longitud de quince a treinta centímetros, era el arma principal en el combate cuerpo a cuerpo, se llevaba en una funda o estuche adherido al cinturón y siempre estaba al alcance de la mano lista para ser usada. Esta espada representa a la Biblia, la palabra de Dios, Thomas Guthrie dijo: "La Biblia es un arsenal de armas divinas, un laboratorio de medicinas infalibles, una mina de riquezas inextinguibles. Es un mapa de carreteras para todos los caminos, una carta de navegación para todos los mares, una cura para todas las enfermedades y un bálsamo para todas las heridas. Si alguien pudiese arrebatarnos la Biblia haría que nuestro cielo perdiera su sol". Esta es la palabra de Dios, si la leemos, si la meditamos, si la guardamos en nuestro corazón y estamos listos para aplicarla diariamente ten la seguridad que seremos cristianos victoriosos y aunque venga el enemigo y todos sus demonios con él nos mantendremos firmes en la batalla.