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¿Que Me POngo Hoy?
La Armadura De Dios - Parte 3
Paul Tinoco Huaraca
(Centro De Vida)
Duración: 00:05:49 Minutes
Listens:
30
Aired on Mar 27, 2019

Escritura

Efesios 6:13

Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

Muchas personas son como los jóvenes que en medio de la guerra se niegan a luchar por su país y luego presumen de paz, victoria y comodidad, cuando su paz no es nada más que ausencia de conflicto, su victoria no es nada más que el resultado de batallas que nunca han peleado y su comodidad no es más que el fruto de una vida arraigada en este mundo pasajero y mundano. Como creyentes debemos entender que no caminamos bajo un campo lleno de flores rodeados de un hermoso paisaje, estamos en un campo de guerra, peleamos con seres sobrenaturales y sumamente poderosos. Ante esto el Apóstol Pablo nos insta a vestirnos de toda la armadura de Dios, no de una pieza ni de dos, sino de toda la armadura, cada una de las piezas son sumamente importantes en esta guerra espiritual. No permitamos que el enemigo nos sorprenda sin defensa alguna, si esto pasa triste será nuestra caída. Si analizamos cada una de las piezas de esta armadura nos daremos cuentas que casi todas son para la defensa y no para el ataque. ¿Por qué? Porque nosotros no pelamos para la victoria, nosotros peleamos desde la victoria. Cristo Jesús en la cruz del calvario venció la maldad, venció a Satanás y venció a los demonios. Así que cada vez que estamos en guerra, no vamos en busca del enemigo, sino por el contrario nos mantenemos firmes en la posición de victoria, muchos creyentes tienen la idea equivocada de que tenemos que salir e ir en busca de Satanás y sus demonios y una vez los encontremos pelear contra ellos. Muchas denominaciones carismáticas enseñan que el cristiano puede reprender e insultar al diablo, esta enseñanza no solo no es bíblica, sino que va en contra de la palabra de Dios. Cristo ya hizo todo lo que se tenía que hacer, en la cruz del calvario la cabeza de la serpiente fue cortada, el arpón fue clavado en la bestia, así que no peleamos para obtener la victoria, sino peleamos desde la victoria. Así que no vayamos en busca de los demonios y Satanás aún en lugares en la que muchas veces no está, nuestra lucha es de resistencia, el apóstol Pablo lo dice bien claro al decir “tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir” que el venga a nosotros, que aquí en la posición que tenemos en Cristo lo hemos de estar esperando. El día malo del cual habla el texto es una referencia a los momentos de duras pruebas que el creyente tiene que enfrentar, los momentos más difíciles son los momentos en la cual la batalla se intensifica. El día malo también es una referencia a la lucha permanente que todos tendremos que enfrentar, el día lunes uno pudiera salir victorioso de la tentación, sin embargo, el día martes el enemigo nuevamente intentara tumbarnos, esta lucha se extenderá durante toda nuestra vida cristiana, cada día habrá una batalla que pelear y si al final del día salimos victoriosos de la tentación, no bajes la guardia sino por el contrario mantente firme. Bien dice nuestro texto “y habiendo acabado todo, estar firmes.” Hace algunos años atrás tres hombres realizaron juntos campañas evangelistas en Irlanda y vieron mucho fruto de sus labores allí. Años más tarde un pastor irlandés quien se había convertido en esas reuniones preguntó por los tres hombres. Le dijeron que solo uno de ellos seguía siendo fiel al Señor. En cuanto a los otros dos, uno había apostatado de la fe y el otro había muerto como alcohólico. Lo importante no es solo comenzar bien, sino también terminar bien. Cuantas personas que conozco que un día estaban enseñando en la escuela dominical, dirigiendo un grupo de estudio bíblico, ministrando a los enfermos, pastoreando una iglesia y realizando toda clase de servicios en la obra del Señor hoy simplemente han tirado la toalla y se han dado por vencidos, decidieron quitarse su armadura y fueron blanco fácil del enemigo. Mi amado hermano vístete de la armadura de Dios que te ha sido dada y después de una larga batalla durante el día, permanece firme que mañana hay otra batalla por pelear.

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