Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada.

Estas son palabras de nuestro Dios a su amada nación de Israel, donde les hace una promesa “nunca más te llamarán desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada”. Por su continua desobediencia la ira de Dios cayó sobre su pueblo, y el instrumento de castigo que Dios utilizó fueron naciones paganas como Asiria y Babilonia, quienes saquearon, destruyeron y conquistaron al pueblo de Dios. todas las naciones vecinas al ver esto llamaban a Israel “desamparada” que es una referencia a alguien que no tiene amparo, ayuda, ni la protección que necesita. Por su parte la tierra en la cual habitaban, tierra donde fluía leche y miel se convirtió en nada más que una tierra “desolada” un lugar arruinado, vació y sin vida, un lugar lleno de dolor, amargura y tristeza. Esta era la condición en la cual se encontraba Israel. Para poder entender bien lo que paso Dios ilustra su relación con su pueblo como una relación matrimonial, en el exilio y en la dispersión, Israel fue como una esposa a quien su esposo ha rechazado, pero esto se daría solo por un periodo breve de tiempo. Cuando nuestro Salvador regrese por su pueblo nuevamente y la nación de Israel se vuelva en arrepentimiento a Dios ese periodo de tristeza y ruina quedará solo en el recuerdo y se dará una restauración completa de su relación con el Señor. nunca más será conocida como “desamparada” sino ahora será llamada Hefzi-bá que significa “mi deleite está en ella” y la tierra en la cual habitan pasará de ser “desolada” a ser llamada Beula que significa “Desposada” por qué el amor de Jehová estará con ella. En el contexto el profeta añade lo siguiente “porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Para entender mejor la relación entre Dios y su pueblo, los autores a lo largo de las escrituras utilizaban analogías humanas, en la Biblia se presenta muchas veces a Dios como Padre, otras veces como pariente cercano y aquí lo vemos como un esposo y a Israel como una esposa que por un tiempo fue rechazada porque menosprecio el amor de su esposo siéndole infiel con ídolos paganos, sin embargo en días postreros tras su arrepentimiento sincero su relación será restaurada y disfrutara de la bondad eterna de su amado esposo. Su llanto se transformará en alegría y su tristeza en gozo. Nuestra situación no es diferente a la nación de Israel, nosotros también nos hemos revelado con nuestro creador, le hemos dado la espalda y hemos menospreciado su amor y esto que hemos sembrado se ha manifestado en frutos de dolor, amargura, tristeza, llanto, ruina y muerte. Sin embargo, a pesar de todo ello, Dios envió a su Hijo para morir por nosotros, para recibir el castigo que nosotros merecíamos y ocupar nuestro lugar en la cruz y ahora solo por gracia nos ofrece el perdón de nuestros pecados, la restauración de nuestra relación con él y el gozo de una vida nueva. Que noticia más maravillosa, amado amigo si tu vida se caracteriza por la tristeza, ansiedad, depresión y amargura, ven a Jesús, y él te vestirá del manto de la alegría y el gozo, no solo en momentos en que todo va bien en la vida, sino también en momentos de profundo dolor.