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¿Que Me POngo Hoy?
Cuidado Con Los Disfraces - Parte 4
Paul Tinoco Huaraca
(Centro De Vida)
Duración: 00:05:34 Minutes
Listens:
6
Aired on Mar 21, 2019

Escritura

Tito 3:10-11

Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio. Tito 3:10-11

Este texto es parte de la carta que escribió el Apóstol Pablo a su hijo en la fe Tito, pastor de la iglesia en Creta, donde en esta última parte le exhorta a tener mucho cuidado con los falsos maestros que se habían introducido en la iglesia. En especial los judaizantes, quienes entre otras cosas insistían en que todos los cristianos, gentiles como también judíos estaban bajo la autoridad de la ley de Moisés y que no podían alcanzar la salvación de sus almas sin antes circuncidarse. Tito había acompañado a Pablo y a Bernabé cuando esta herejía se discutió abiertamente en el concilio en Jerusalén, Así que tenía las cosas bien claras. Él sabía que la salvación no se obtiene por medio de méritos humanos como pretendían enseñar los judaizantes, sino únicamente por la gracia de Dios. Seguido a esto, el apóstol Pablo responde a la pregunta ¿Qué hacer ante ello? ¿Cómo actuar ante estos hombres que lo único que hacen es causar división en la iglesia? Y la respuesta es bien clara y contundente: “Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo” Tito tenía que ejercer la disciplina bíblica que había sido establecido por nuestro Señor Jesucristo. ¿Cómo debía de hacerlo? En primer lugar, toda persona rebelde de causaba divisiones y que no estaba dispuesta a someterse a la palabra de Dios o a los líderes piadosos en la iglesia tenía que ser advertido de ello no solo una, sino dos veces. Tito tenía que acercarse a solas a estas personas que profesaban ser hermanos en la fe y corregirlos con amor. Recuerden que la disciplina en la iglesia siempre debe de aplicarse de una manera amorosa y con el propósito no de espantar al hermano, sino de restaurarlo. Si por el contrario en vez de arrepentirse, la persona cerraba su corazón a la verdad. Lo que tenía que hacer Tito es llevar consigo a uno o dos hermanos más de la congregación y corregirlo con amor nuevamente, si después de esto persistía en su error el tercer paso es comunicarlo a toda la iglesia, para que juntos puedan buscar amorosamente la reconciliación del hermano pecador, pero si este paso llegara a fallar, el cuarto paso requería que el ofensor sea expulsado y considerado por la iglesia como gentil y publicano, en otras palabras como un inconverso. ¿Por qué motivo uno tenía que tomar esta medida tan drástica? Porque como dice el texto “el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio” Este hombre llego a un punto en el cual esta mental y moralmente desviado y torcido, vive en pecado y lo que es peor sabe que está pecando y aun así no se arrepiente, él mismo ha cavado su propia tumba. Este tipo de problemas no es algo que solo existió en el pasado y que solo Pablo y Tito tuvieron que lidiar, sino es algo que también pasará en nuestra congregación. Existirán algunos que vendrán a nosotros vestidos de ovejas sin embargo por dentro son solo lobos rapaces, utilizarán un disfraz para pasar desapercibidos, pero su único propósito será el destruir a la iglesia de Dios. Como líderes debemos de tener mucho cuidado con este tipo de personas y como creyentes debemos cada día examinar nuestro corazón y ver si tenemos algo contra alguien y si esto es verdad, simplemente ir donde el hermano y arreglar el asunto. Dios nos ayude a tener un corazón humilde, un corazón que esté dispuesto a reconocer nuestro error y nuestras faltas, un corazón que se someta a la palabra de Dios y al liderazgo de nuestra iglesia, un corazón perdonador que busque estar en paz con todos los hombres, un corazón amoroso que busque el bien y no el mal de mi hermano.  

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