(Centro De Vida)
Escritura
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Efesios 4:32 Sed benignos dice Pablo, o en palabras más conocedoras sean amables alguien que no causa daño. Siendo misericordioso con los demás, sabiendo perdonar como Dios nos a perdonado a nosotros. Considerando los asuntos de los demás como si fueran propios. Si no somos Benignos o no ejercemos este fruto del Espíritu entre nosotros podemos llegar a causar grandes conflictos al ser muy ásperos o imprudentes con el prójimo o con nuestros hermanos en la fe. El Apóstol Pablo dijo en una ocasión a los de Tesalónica. “Aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido ser exigentes con ustedes, los tratamos con delicadeza. Como una madre que amamanta y cuida a sus hijos, así nosotros, por el cariño que les tenemos, nos deleitamos en compartir con ustedes no sólo el evangelio de Dios sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos! Recordarán, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no serles una carga. Dios y ustedes me son testigos de que nos comportamos con ustedes los creyentes en una forma santa, justa e irreprochable. Saben también que a cada uno de ustedes lo hemos tratado como trata un padre a sus propios hijos. Los hemos animado, consolado y exhortado a llevar una vida digna de Dios, que los llama a su reino y a su gloria”. ¡Wow! que palabras de Pablo dignas de imitar, hermanos recordemos algo nosotros como cristianos, como hijos de Dios no amamos el pecado, pero si amamos al pecador porque su alma necesita un salvador el cual es Jesucristo; Y él nos ha enviado a proclamar las buenas nuevas de salvación. Entonces mis amados hermano podemos decir que la benignidad es el resultado de: Numero uno: Un corazón Restaurado. Difícilmente el hombre puede ser benigno por el hecho de ser un ente egoísta. Sin embargo, el Señor transforma el corazón del cristiano por medio del poder del Espíritu Santo con el fin de que produzca el fruto deseado. Numero Dos: Nuestro sometimiento a Dios. Uno no se puede levantar en la mañana y decir, “empezando hoy, voy a ser amable”. Aun las mejores intenciones fracasan cuando dependemos de nuestras propias fuerzas. Pablo dijo que benignidad era un fruto del Espíritu porque no puede crecer efectivamente sin el continuo trabajo del Espíritu en nuestras vidas. Vivir en el Espíritu significa ser controlado por su presencia, toda decisión y acción debe ser influenciada por su gloriosa presencia. Finalmente podemos decir que cada uno de nosotros necesita buscar la unidad de la iglesia a través de la perfecta comunión que tengamos en Cristo Jesús. Dios te bendiga.
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