Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

A mis 40 años de edad, que parecieran no ser muchos e comprendido la importancia de amar a mi prójimo, a los hermanos en la fe y a mi familia. Dando un paso importante para acercarme más a Dios en oración ya que él en su palabra nos enseña que no podemos decir que amamos a Dios a quien no vemos y odiamos al que si podemos ver, no es así. Debemos amar a nuestro hermano a quien si podemos ver y así podemos decir que amamos a Dios a quien no podemos ver.   Por eso, Santiago 5:16 nos dice: Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.   Este pasaje nos enseña que la oración puede sanar y transformar las situaciones que nos rodean. Al orar por nuestros hermanos, mostramos amor y fortalecemos nuestra fe. Es importante recordar que la oración no es solo una práctica para los momentos difíciles, sino que debemos cada día tener una oración preventiva, ser constante en nuestra vida. Orando cuando las cosas son difíciles, pero también orando cuando las cosas vayan bien. Debemos buscar la voluntad de Dios siempre en nuestras oraciones, abiertos a escuchar y atender las necesidades de nuestros hermanos en Cristo para ser instrumentos de su amor. Y si alguien nos ofendió o nosotros también hemos ofendido. Ahora, este día; es el momento de que tú y Yo seamos los primeros en aceptar que hemos fallado pidiendo perdón. Siguiendo los pasos de Jesús; cuando en ese momento tan cruel y despiadado alzo una oración a su padre diciendo:  “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.  Que inspirador como Jesús nos enseña amar a nuestro prójimo.   Podemos inspirarnos en Santiago 5:16 y practicar la oración en nuestra vida diaria, buscando la sanación y la transformación no solo para nosotros, sino también para todos los que nos rodean. Hay una Comunión que surge de la oración. Y es:   Estar atento a las necesidades de tus hermanos en Cristo. Intercede por ellos espontáneamente.   Mantente abierto a escuchar las necesidades de tus hermanos en la fe para atender sus demandas. Sé un instrumento de la paz y el amor de Dios en sus vidas.   Para ser justo delante de Dios, es necesario confesar los pecados y pedir perdón, buscando siempre la santificación en nuestra propia vida.   Quiero orar por cada uno de ustedes brevemente. Señor, ayúdanos a orar unos por otros. Que seamos instrumentos de tu amor y paz en todas las circunstancias. Permítenos vivir en santidad y acercarnos cada vez más a ti. Amén.