Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

El apóstol Pablo exhorta a la iglesia a ofrecer su vida para la gloria de Dios. Y para lograr esto apela a las misericordias de Dios vista en los capítulos anteriores. ¿Qué es misericordia? es pasar por el corazón las miserias de la otra persona. Esto es lo que hizo Dios pon nosotros. El tuvo misericordia de nosotros, cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, cuando vivíamos en esclavitud y bajo condenación eterna, él nos salvo. y fue por su muerte en esa cruz, que la mugre de nuestro pecado fue limpiada. ¿no es eso maravilloso? ¿Cómo no exaltarle? ¿Cómo no servirle? ¿Cómo no entregar nuestra vida en sacrificio vivo, santo agradable a Dios? En primer lugar, debemos presentar nuestra vida en sacrificio vivo. ¿Qué es un sacrificio? Un sacrificio es una ofrenda a Dios, en el antiguo testamento todo judío llevaba consigo al templo un animal para ser sacrificado ¿Cuál era el fin? Este acto era para reconciliar al hombre con Dios a causa de su pecado. Sin embargo, hubo un acontecimiento que anulo toda clase de sacrificio animal y fue que el cordero de Dios se ofreció por amor como el sacrificio perfecto para el pecado del hombre. Entonces cuando hablamos de sacrificio vivo estamos hablando de una ofrenda y consagración total de nuestra vida a Dios. Nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestras posesiones, nuestra familia, todo nuestro ser debe ser rendido al Señor. Y saben, esto no es una tarea fácil, todo sacrificio conlleva dolor, si algo es fácil entonces no es sacrificio, no es simplemente orar diciendo al Señor “te entrego todo lo que soy y todo lo que tengo” es mucho más que eso, es sacarte el ojo y cortarte la mano con tal de no ofender a Dios, es usar tu cuerpo solo para actividades que agradan a Dios, es unirlo con alguien que Dios apruebe, es negarte a ti mismo, es hacer morir la carne con sus pasiones y malos deseos, es cuidarlo diligentemente para la gloria de Dios. En segundo lugar, debemos presentar nuestra vida en sacrificio santo. Para que un animal sea sacrificado en el Antiguo testamento, tenía que cumplir ciertos requisitos: no tenía que estar enfermo, ni tenía que tener manchas ni defectos físicos. Cuando nuestro Señor Jesucristo, el sacrificio perfecto por nuestros pecados llegó a la cruz, también cumplió este requisito, fue un sacrificio puro y santo delante de Dios; ahora cuando el apóstol Pablo se dirige a los creyentes, nos exhorta a hacer lo mismo, a presentar nuestro cuerpo en sacrificio santo” ¿Qué quiso decir con esto? Los instrumentos que normalmente se utilizan para una intervención quirúrgica, antes de ser usados por el Médico Cirujano, son colocados a un esterilizador donde las temperaturas altas destruyen toda contaminación e impureza, solo de esta forma pueden ser instrumentos útiles y desempeñar un excelente trabajo. Si un Médico utiliza un instrumento contaminado, en vez de ayudar, solo va a perjudicar a su paciente quien puede morir de una infección terrible. Dios desea santidad en nuestra vida práctica, así como todo sacrificio, esto no es una tarea fácil, tenemos que colocarnos delante del altar y dejar que el fuego de Dios haga morir cada día lo terrenal en nosotros, toda impureza, todo mal pensamiento, toda acción pecaminosa debe ser destruido. En tercer lugar debemos presentar nuestra vida en sacrificio agradable a él. en las escrituras encontramos a un hombre que lo hizo. Su nombre fue Abel. ¿cuál fue la razón por la cual Dios acepto su ofrenda y por el contrario rechazo la ofrenda de su hermano? En primer lugar, por su corazón, Abel tenía un corazón humilde, justo y lleno de fe delante de Dios en contraste con el corazón arrogante y violento que tenía Caín. Recuerden que Dios está más interesado en lo que somos que en lo podamos hacer por él. En segundo lugar, porque Abel ofreció un sacrificio excelente. Te pregunto ¿le estas dando lo mejor de ti al Señor? Muchos le damos la sobra de nuestro tiempo, la sobra de nuestros recursos y la sobra de nuestros talentos y creemos que con eso Dios se encuentra satisfecho. Eso es mentira, sino le das lo mejor a tu creador, mejor no le des nada. Abel marco la diferencia, cuando fue a dar un presente a su Dios, no escogió una oveja al azar, escogió de los primogénitos y de lo más gordo de ellas. Él dijo “daré lo mejor a mi Señor, y así lo hizo”. ¿Cuál fue el resultado de todo esto? Dice el texto: “Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya.” ¿Deseas que tu vida sea un sacrificio agradable delante de Dios? Pues dele lo mejor de ti a tu Señor. Si vamos a discipular a alguien hagámoslo con el corazón, si vamos a servir, sirvamos con dedicación, si vamos a evangelizar, compartamos sin temor y con valentía el mensaje del evangelio. Estoy seguro que si tenemos esta actitud alegraremos el corazón del padre. En conclusión, podemos decir que a causa de sus múltiples misericordias a nuestra vida lo más lógico y racional es vivir una vida consagrada totalmente a él, actuar de otro modo es vivir una vida sin sentido y propósito en esta tierra. Corpus Unum.