Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre.

Después de la muerte de David, Salomón reino en su lugar y siendo un hombre falto de experiencia y sabiduría para reinar sobre Israel, pidió sabiduría y ciencia a Dios y Dios se lo concedió. Seguido a esto comenzó Salomón a Edificar la casa de Jehová en Jerusalén y lo hizo de una forma excepcional ya que decía “la casa que tengo que edificar ha de ser grande; porque el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses” cuan bien nos haría pensar de esta forma ¿si alguien pudiera evaluar tu trabajo en la obra del Señor? ¿Cuál sería la calificación que obtendrías? ¿Excelente, bueno, regular, malo o pésimo? Creo que la clave para realizar un buen trabajo se encuentra en el concepto que tienes de tu Dios, si tu dios es pequeño tu trabajo será de la misma forma, sin embargo, si el Dios que adoras es grande, majestuoso y todopoderoso, esto se evidenciará en todo lo que hagas. Después de construido el templo, Salomón y todo Israel se prepararon para la dedicación de este. Dedicar significa separar un lugar, objeto o persona para un propósito exclusivo. El propósito de esta dedicación era apartar el templo como un lugar para adorar a Dios. hoy en día nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo y así como Salomón dedicó el templo para la adoración a Dios, nosotros debemos dedicar nuestra vida para honrar y glorificar a Dios cada día. Seguido a esto Salomón se postró, levantó sus manos al cielo y clamó al Señor en oración, primero agradeció y alabó el nombre de nuestro bendito Dios, luego pidió a Dios que los ayudara de los ataques enemigos, de la sequía, del hambre y del pecado del pueblo. Cuando Salomón terminó de orar descendió fuego de los cielos que consumió el holocausto y las víctimas y la gloria de Jehová lleno la casa. Dios respondió a la oración de Salomón de una forma increíble, en primer lugar, envió fuego del cielo que consumió la ofrenda el cual fue una señal de la aceptación divina a la oración de Salomón, este fuego a su vez fue el inicio de una llama continua que simbolizaba la presencia de Dios en medio del pueblo. En segundo lugar, descendió la gloria de Jehová sobre la casa, la nube que era un símbolo de la presencia y majestad de Dios lleno el interior del templo a tal punto que los sacerdotes dejaron de ejercer sus funciones por un temor reverente que envolvía el santuario. Al ver todo lo sucedido el pueblo de Israel “se postro sobre sus rostros en el pavimento y adoraron” La manera en que los hebreos y los orientales expresaban sus más profundos sentimientos de reverencia y humildad era cayendo a tierra con la frente en contacto con el pavimento. Esto es lo que hicieron los Israelitas al sentir la presencia de Dios en sus vidas ¿Qué de nosotros? ¿tenemos reverencia y humildad delante de aquel que gobierna el mundo entero? ¿tenemos respeto ante aquel que tiene nuestra vida en sus manos? No solo se postraron, sino que también elevaron un canto hermoso que decía “él es bueno, y su misericordia es para siempre” que hermosas palabras, a pesar de que el pueblo de Dios no era todo lo que Dios esperaba que fueran, él por voluntad propia decidió habitar al lado suyo ¿no pasó lo mismo con nosotros? la humanidad entera dio la espalda a su creador, sin embargo, él por amor y pura gracia descendió a este mundo de maldad en medio del cual dio su vida por amor a todos nosotros. que hermoso Dios el que tenemos, un Dios lleno de bondad y misericordia. Corpus Unum.