Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.

Dentro de muy poco tiempo nuestro amado salvador volverá por segunda vez a la tierra. descenderá del cielo de forma gloriosa, triunfante y poderosa, portando una insignia sobre su vestidura y su muslo con el título "Rey de reyes y Señor de señores". Sus enemigos lo estarán esperando, sin embargo, el Guerrero divino, Jehová de los ejércitos juzgará y derrotará a las naciones que luchan contra él, estableciendo su reinado en la tierra por un periodo de mil años y luego por toda la eternidad. Es en estos días que se cumplirá esta promesa, toda la humanidad participará en la adoración al Señor, todo hombre de toda tribu nación y lengua se postraran delante del cordero y esto no será de vez en cuando, sino de forma continua, dice el texto “semana tras semana y mes tras mes”. será una adoración permanente y constante, una adoración eterna por sus múltiples bondades. ¿Qué de nosotros? ¿adoramos al Señor siempre o nuestra adoración se limita a una vez por semana? Muchos tendemos a pensar que ya hemos cumplido con Dios con simplemente congregarnos unas dos horas cada semana. Cuan equivocados estamos. Dios no desea unas horas de tu vida, él desea tu vida entera. Todo nuestro ser debe ser una ofrenda diaria de adoración a Dios. y ¿Qué es la adoración? Roland Allen expreso lo siguiente “La adoración no, es decir, entre dientes oraciones o decir, de labios para afuera, las palabras de los himnos con escaso pensamiento y poco corazón; adoramos a Dios cuando nos unimos con fervor en la oración y con intensidad en el canto. La adoración no son palabras de engrandecimiento propio ni clichés aburridos cuando le piden que uno dé su testimonio; adoramos a Dios cuando todas las partes del culto encajan unas con otras y trabajan hacia un fin común. La adoración no son ofrendas a regañadientes o servicio obligatorio; adoramos a Dios cuando le damos con gran alegría y le servimos con integridad. La adoración no es música al azar tocada pobremente, ni siquiera gran música hecha sólo como función; adoramos a Dios cuando disfrutamos y participamos en la música para su gloria. La adoración no es quedarse dormido en el sermón ni verlo como una carga o simple distracción; adoramos a Dios cuando oímos su palabra con alegría y buscamos que ella nos conforme más y más a la imagen de nuestro Salvador.” ¿adoras a Dios mi amado amigo? Pues adóralo siempre, no de forma ocasional ni solamente en los servicios, adóralo en lo íntimo de tu hogar, adóralo en el aula de clases, adóralo en el mercado, adóralo en el trabajo, adóralo en la conversación que tienes con tus amigos, adóralo cuando veas televisión, adóralo al levantarte y al acostarte, adóralo cada segundo de vida que tienes en este mundo. Dios los bendiga. Corpus Unum.