Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre.

Jesús fue un hombre realmente sorprendente, sus enseñanzas, sus milagros, su sacrificio y su amor es digno de admiración. Sin embargo, Jesús no era una persona común y corriente, él era Dios hecho hombre. Una de las afirmaciones más comunes de parte de los ateos es esta “muéstrame a tu Dios y realmente creeré en él” ante esto creo que una buena forma de responder sería: simplemente lee un libro de historia y veras a mi Dios, ya él vino a este mundo, fue un hombre real e histórico, un hombre que dividió el mundo conocido en un Antes de Cristo y un después de Cristo. ese es mi Dios, aprécialo y adóralo. En el contexto el apóstol Pablo dice de él “el cual siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” Jesús era igual a Dios, igual en tamaño, igual en carácter, igual en esencia. Y en esta condición por amor a la humanidad y en obediencia a su padre “se despojó a sí mismo” dejó a un lado sus privilegios, en primer lugar, dejo a un lado la gloria celestial, cambio aquellas moradas de eterna delicia, por un mundo lleno de miseria y dolor, aquel santo y majestuoso, delante del cual las criaturas más sublimes y asombrosas cubrían su rostro, descendió voluntariamente a este mundo donde fue despreciado y desechado entre los hombres. En segundo lugar, renunció a su autoridad independiente, a lo largo de las escrituras vemos que se sometió por completo a la voluntad de su padre. En tercer lugar, renunció a las riquezas eternas, Cristo en la tierra fue un hombre pobre. William Hendriksen dijo en relación a esto “tan pobre fue que siempre anduvo pidiendo prestado, un sitio para nacer y que sitio, una casa donde posar, una barca para predicar, un animal en el cual cabalgar, un aposento en el cual celebrar la cena del señor y finalmente una tumba donde ser enterrado” en cuarto lugar renunció a una relación favorable con Dios. en la cruz del calvario Cristo Clamo “Dios mío, Dios mío porque me has desamparado” en la cruz del calvario Cristo llevo en su cuerpo nuestros pecados. como dijo Pablo “por nosotros fue hecho pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” esta fue la razón por la cual su Padre lo desamparó, por cargar el pecado del Mundo en su propio cuerpo. Y no solo se despojó a sí mismo, sino que también se hizo siervo. Jesús fue un siervo consagrado, un siervo sabio y obediente, un siervo que humildemente cumplió la misión que se le había encomendado, su obediencia fue a tal extremo que entregó su vida como el sacrificio perfecto por los pecados del mundo Esta es la razón por la cual el padre” lo exalto hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre” ¿Cuál era este nombre que se le dio? Dice el texto “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios padre” Jesús fue el nombre que se le dio en su nacimiento, sin embargo el nuevo nombre que describe su naturaleza esencial y lo ubica por encima y más allá de todo es “Señor” el soberano del universo, el amo y Rey de nuestras vidas, el todopoderoso. Seriamos hombres necios y malagradecidos si después de contemplar tanta belleza en nuestro salvador, no nos rindamos delante de él cada día y exaltemos su bendito nombre. No salgas hoy de la casa sin antes elevar tu voz en alabanza a aquel que es Señor y amo de nuestras vidas. A él sea la gloria por siempre. Corpus Unum.