La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día.

Si algo caracteriza al hombre de nuestros días es el orgullo, la arrogancia y la soberbia. Vivimos en un mundo humanista donde proclamamos ser dueños de nuestras propias vidas, muchos nos llamamos cristianos, sin embargo, si alguien examinara nuestras vidas, muchos seriamos catalogados más como ateos prácticos que como creyentes, personas que no desean que nadie les diga lo que tienen que hacer, personas que no desean que nadie los gobierne. Todo lo que vemos a nuestro alrededor y todo lo que nos presenta la sociedad de hoy tiene que ver únicamente con entronizar al hombre. “gloria al hombre es las alturas es el canto que entona el mundo cada día” y esto se evidencia en todo aquello que promueve y alaba nuestra sociedad en el día de hoy. Conforme pasan los días Dios está siendo más excluido y quitado del gobierno, de la sociedad, de los medios de comunicación, de las escuelas y universidades e incluso de la religión. En muchos países del mundo está prohibido citar las escrituras en los colegios u universidades seculares, está prohibido hablar públicamente o invitar a alguien a alguna reunión donde se enseña la biblia, cada día que pasa las leyes de nuestra nación que tuvieron como fundamento la palabra de Dios, están siendo quitadas y cambiadas por la opinión de la mayoría. Vivimos en un mundo así, un mundo donde el hombre es elevado y todo lo que tenga que ver con Dios y su palabra es rechazado. Es triste decirlo, pero aun las iglesias están quitando a Dios de sus reuniones generales. Esto se evidencia en que la palabra de Dios está siendo reemplazada por la opinión y experiencia del hombre, los púlpitos en nuestros días no son más que una clase de autoayuda envés de ser un lugar donde la palabra de Dios es levantada en alto. Aún el evangelio mismo ha sido tergiversado y dañado. Esto se refleja en frases como “Dios tiene un plan maravilloso en tu vida” “llegue a lo más profundo de su ser y saque el campeón que hay en ti” “usted puede lograrlo todo por sí mismo, usted puede resistir cualquier dificultad. nada está fuera de su alcance, siga adelante... ¡escale cada vez más alto¡ usted puede hacer de su persona todo lo que se proponga hacer, incluso ¡hasta puede alcanzar el cielo¡” estas frases, aunque parezcan sabias en inteligentes no son nada más que una ofensa y un desprecio por aquel que debe ser el Señor de nuestras vidas. Cuan bien nos haría reconocer nuestra bancarrota espiritual y aceptar el libre don de la gracia de Dios, que luchar por conseguir un boleto al cielo basado en los elevados logros y el gran esfuerzo personal. Sin embargo, toda esta rebeldía y orgullo humano no durará para siempre. En los postreros días, Dios pondrá fin toda altivez y soberbia en la vida del hombre. Dice el texto “La altivez de los ojos del hombre será abatida y la soberbia de los hombres será humillada” la altivez y la soberbia no son nada más que sentimientos de superioridad frente a los demás, actitudes que provocan un trato distante o despreciativo hacia Dios y hacia las demás personas. El hombre a lo largo de los años ha ignorado a Dios, piensa que no necesita de él, esta es la razón por la cual Dios no ocupa ningún lugar en su agenda. Él cree que puede salir adelante con su propia fuerza, él cree que la religión y el cristianismo es solo una pérdida de tiempo, sin darse cuenta que al decir esto su desprecio no es contra los cristianos únicamente sino básicamente contra el dador de la vida. En los postreros días Dios quebrantará el corazón del hombre, este será abatido y humillado a tal punto que rogará a los montes y a las peñas que los traguen antes que sentir el furor de la ira del cordero. “y Jehová solo será exaltado en aquel día” cuando nuestro Señor Jesucristo vino por primera vez a este mundo él fue despreciado, avergonzado, castigado y asesinado en un madero, sin embargo, cuando él venga por segunda vez todo será diferente, el volverá con poder y gloria, destruirá a sus enemigos, quebrantara a aquellos que se creen dueños de su propia existencia y se será levantado en alto, exaltado por todas las naciones y glorificado eternamente. Corpus Unum