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Oración
Intercesión Y Agradecimiento
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 01, 2022
Ago 29, 2022
Duración:
00:14:30 Minutes
Vistas:
4

Escritura

Mateo 22:37-40; Santiago 4:3.

Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22:37-40 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:3

Uno de los ingredientes más importantes para tener una vida cristiana victoriosa es la oración. Este ingrediente hace falta en la mayoría de los hogares cristianos hoy, y debido a ello es que estamos en la situación que estamos. Como hijos de Dios debemos practicar la oración, pues es un medio por la cual podemos llegar al Padre celestial con nuestras peticiones, es un medio que Él mismo estableció con el fin de ayudarnos. La oración no es algo que el hombre inventó, la oración es algo que Dios ha entregado al hombre, y si el hombre se acerca a Dios orando dentro de las reglas establecidas tendrá en su vida un arma potente que abre las ventanas del cielo y hace caer bendición tras bendición. En nuestro último estudio establecimos el precepto de que hay unos pasos ordenados, que forman la estructura de una oración y que pueden servirnos para ayudarnos en formular nuestras propias oraciones para comunicarnos más adecuadamente con Dios. Los pasos de la oración se pueden dividir en cuatro etapas: Alabanza, Confesión, Intercesión y Agradecimiento; ya hemos visto las primeras dos etapas, al comenzar nuestras oraciones llegamos a la conclusión de que es bueno reconocer a Dios, alabándole por sus atributos divinos y dándole el puesto que merece en nuestra vida. Después pasamos a la Confesión, exponiendo a Dios nuestras fallas y pecados, limpiándonos de todo para encontrarnos en santidad ante su presencia. ¿Y por qué no nos limpiamos antes de llegar a Él en oración? No podemos porque Él es el único quien puede limpiarnos, habiendo sido sinceros con Dios en el asunto de la Confesión, podemos pasar a las próximas dos etapas: la Intercesión y el Agradecimiento. La Intercesión es una de las partes favoritas de Dios, cuando se habla de la oración, es así porque la intercesión es orar en bienestar de otros; a Dios le agrada la Intercesión porque uno deja de ser egoísta y se pone a pensar en otras personas, pidiendo a Dios por las necesidades de ellos. ¿Te acuerdas de los dos grandes mandamientos que Jesús nos dio? Se encuentran en Mateo 22:37-40, escucha esto: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. Ahora piensa en lo que ya hemos estudiado, vienes a Dios en oración y le dices lo mucho que el significa para ti; alabándole por sus atributos divinos; después le cuentas lo mal que te sientes por fallarle y le pides perdón, confesándole tus errores; en esto has cumplido con el primer mandamiento de amar a Dios, si es que lo haces con sinceridad. Luego vienes en tu oración y comienzas a pedir por las necesidades de otras personas, y orando a Dios y suplicando su ayuda en bienestar de ellos; al hacer esto estás cumpliendo con el segundo mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo. Claro está que esto no es todo lo que involucra cumplir estos mandamientos, pero hoy estamos hablando de la oración, y vemos cómo se debe relacionar la oración a estos dos mandamientos que Dios mismo estableció. Si quieres saber por qué Dios no contesta nuestras oraciones hoy, es porque oramos mal. Escucha lo que dice Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. La mayoría de las oraciones dirigidas a Dios son oraciones llenas de egoísmo: Dios bendíceme; Dios dame esto; Dios dame lo otro, estas oraciones no son bíblicas, no califican para ser contestadas, y por eso es que Dios no las contesta. En cada oración que nuestro Señor expresó en la Biblia, encontraremos que lo único que pide para sí mismo es poder para cumplir la voluntad del Padre. Las oraciones del Maestro Divino expresaban su deseo para el bienestar de Dios y de sus hermanos y hermanas en la fe; sus actos no eran egoístas ni tampoco lo fueron sus oraciones. Cuando nosotros nos presentamos delante de Dios todo poderoso, habiéndole reconocido en nuestros corazones como el único quien todo lo puede; y habiéndole expresado nuestro arrepentimiento por nuestras debilidades, entonces estamos listos para levantar en oración a las personas a quienes tanto amamos, y pedirle a Dios que nos use para ayudar en lo que podemos. Debemos orar por nuestras familias pidiendo a Dios darle fuerza espiritual, a traerlos a los pies de Jesucristo si es que no son salvos; debemos también interceder por ellos llamándolos por nombre ante el Señor y exponiendo el caso personal de cada quien. Al mismo tiempo debemos pedirle a Dios, que nos muestre cómo nosotros podemos ayudar para resolver la situación de cada quien. Debemos pedir las bendiciones de Dios sobre misioneros, evangelistas, pastores, predicadores y maestros de la Palabra de Dios. Debemos levantar en oración los diferentes ministerios de nuestras iglesias. Debemos orar por programas radiales como esta que tienen la dicha de esparcir la semilla a mayor cantidad de personas por medio del aire. Debemos rogar a Dios por la salvación de nuestros amigos, y aún enemigos, pidiendo al Padre que nos de fuerza para presentarles buen testimonio en todo tiempo. Debemos orar por los gobiernos del mundo y por sus líderes. Debemos levantar en oración a los enfermos, las viudas y los huérfanos. Como puedes ver este asunto de la Intercesión es trabajo, porque requiere energía. Al orar con sinceridad por estas personas y organizaciones y ministerios, muchas veces el que ora queda exhausto. La oración es algo muy emocional pues, uno expresa su corazón al Señor. Lucas 22:44, nos habla de Jesús, diciendo: “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”. Todos los personajes grandes de la Biblia eran personas que practicaban la oración, intercediendo en bien de otros, y si nosotros vamos a ser como nuestro Señor, tendremos que hacer lo mismo. Uno no puede considerarse discípulo de Jesús si no intercede por otros en oración. Y eso nos trae a la última fase de la oración, la fase de Agradecer a Dios por todo. Muchas palabras han perdido su valor a través de los tiempos, la palabra gracias es una de ellas. La mayoría de las personas hoy dicen gracias, pero lo dicen como una formalidad y no algo que se siente en el corazón. Dios conoce nuestro corazón; Él sabe si de veras estamos agradecidos o no. Todos los días escucho a personas orar, pidiendo a Dios que les de esto y lo otro, pero muy pocas veces escucho a alguien dar gracias cuando Dios les concede su petición. En esto mostramos nuevamente nuestro egoísmo, no debemos olvidarnos nunca de dar gracias por lo que Dios nos da. Nuevamente se nos ha ido el tiempo, y no te olvides de practicar las cuatro fases o etapas de la oración: la Alabanza, la Confesión, la Intercesión y el Agradecimiento. Si Dios lo permite en nuestro próximo estudio hablaremos de ponerle pies a la oración. Vamos a orar. Padre eres maravilloso. Sabemos que Tú eres la fuente de toda energía y que sin ti nada puede funcionar como es debido. Y Padre reconociendo esta verdad venimos delante de ti pidiéndote que tomes control de nuestras vidas. Usándonos como tú deseas. Muchas veces hemos sido negligentes haciéndote a un lado en nuestras vidas, viviendo como nosotros hemos deseado, perdónanos. Padre te pido que nos animes en tu servicio y que nos des las fuerzas que necesitamos para ganar al mundo y así engrandecer tu reino. Gracias Padre por la vida y victoria que tenemos en Cristo Jesús. Gracias por la oración. Gracias por el estudio de hoy extraído de tu Palabra. En el nombre de Jesús oramos y te agradecemos. Amén.

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