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Oración
Peticiones Generales
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Jun 14, 2022
Jun 14, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

2 Pedro 3:9; Romanos 8:26

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Romanos 8:26

Yo me crie en un pueblo pequeño llamado Catarina, en el departamento de Masaya, Nicaragua. Era un pueblo que tenía una población de dos mil personas. Mis padres fueron a Nicaragua cuando yo era pequeño, para servir como misioneros, y tengo muchos gratos recuerdos de ese lugar. Me acuerdo que la primera experiencia significativa que tuve con la oración fue en ese lugar. En nuestra iglesia se habían, formado células de oración, y había ciertas noches a la semana, cuando yo me unía con los hermanos de una célula para orar. Eran momentos de mucha emoción, en los cuales abríamos nuestros corazones a Dios, pidiendo ser ayudados para levantar la obra. Fue en ese lugar donde aprendí a orar por cosas específicas.   Anteriormente, yo pedía que Dios salvara a la humanidad, que bendijera a todos sus siervos, que todas sus iglesias marcharan adelante, y que sanara a todos los enfermos. Al pasar del tiempo, me di cuenta que mis oraciones no eran muy personales. Yo oraba en general por todos. Al estudiar el asunto me di cuenta, de que estaba cometiendo un grave error. Estamos estudiando acerca de errores que cometemos al orar, no para que nos desanimemos, sino que podamos corregir lo malo y así poder orar con más eficacia. Hoy deseo que nosotros miremos el error que cometemos al orar con peticiones generales, tales como: “Señor, salva a todos los perdidos, bendice a todos los pobres, consuela a todos los quebrantados de corazón, etcétera”. Conste que el que ora de esta manera, lo puede estar haciendo de todo corazón, con toda sinceridad, y con gran honestidad. Pero quiero señalar algunas cosas que me han ayudado a mí, y que me han hecho ver la necesidad de hacer peticiones específicas y no generales. Ahora, ¿Qué hay de malo en hacer peticiones en general?, ¿qué hay de malo en hacer peticiones indefinidas, pidiendo bendiciones en forma general, pero sobre nadie en particular? Bueno, en primer lugar, peticiones indefinidas revelan una falta de preocupación por otros, delante de Dios. Indica que en nuestro corazón no hay un deseo sincero para el bienestar de otros. Si tú entraras en un restaurante, no le dirías al mesero: “Tráeme comida”. Serías específico; tú le dirías: “Quiero un bistec; quiero pescado; quiero una ensalada; o quiero un caldo”. Serías específico, porque sólo tú sabes las comidas que te gustan. ¿Por qué vamos a ser indefinidos cuando oramos? Somos así, porque en realidad no nos interesan las necesidades particulares de quienes nos rodean. Si mi hijo estuviera enfermo, yo no llamaría a mi doctor para decirle: “Doctor, espero que puedas ayudar a los enfermos”. ¡Claro que no! Le diría: “Doctor, mi hijo está enfermo. Sus síntomas son esto, esto y esto. ¿Puedes recetarme una medicina, o necesito llevarlo al hospital?” Ahora, ¿por qué sería yo tan específico? Porque se trata de mi hijo y estoy sumamente preocupado por su bienestar. El orar en general muchas veces indica, una falta de interés por otras personas. En segundo lugar, cuando no oramos específicamente, indicamos que desconocemos la voluntad de Dios. Si no podemos pedir a Dios específicamente por necesidades específicas, estamos señalando que no sabemos lo que Dios hará en ciertas situaciones. Yo he oído a algunos, orar de esta manera: “Padre, si es tu voluntad, salva a los perdidos” ¿Qué es lo que queremos decir con tal petición? La Biblia nos enseña claramente, en 2 Pedro 3:9, que “Dios no quiere que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento”. Y no debemos añadir las palabras: “Si es tu voluntad” a cosas que Dios claramente nos ha señalado como su voluntad. En tercer lugar, una petición indefinida indica que no hemos alcanzado madurez espiritual. No podemos decir que somos maduros espiritualmente, si no podemos hacer peticiones específicas y oramos en términos generales. Las oraciones encontradas en la Biblia son específicas, positivas y muy definidas. Gedeón pidió que un día el vellón estuviera mojado, y la tierra alrededor seca. Al día siguiente, pidió lo contrario. El asunto es que su petición fue específica. Josué pidió que Dios detuviera el sol. Jesús hablo de un hijo pidiendo pan o pescado a su padre. Si, las oraciones que nosotros encontramos en la Biblia son oraciones específicas y cuando pedimos a Dios que nos conteste oraciones específicas, estamos siguiendo el ejemplo que la Biblia nos da y debemos hacer esto, confiando en que Él nos contestará. Para poder orar más específicamente, el creyente puede hacer tres cosas. En primer lugar, puede escudriñar las Escrituras para encontrar la voluntad de Dios. Esto le dará una dirección definida. El creyente podrá ver lo que otros han pedido y las peticiones que Dios ha contestado. Podrá ver los principios de la oración y de esta manera, orar con plena confianza y fe. En realidad, no hay sustituto para la oración que se basa en las Escrituras. En segundo lugar, el creyente debe orar desde lo profundo de su corazón. No debe orar, o sentir que sus oraciones son una carga o responsabilidad, debe orar porque quiere orar, y no porque es su deber. Cuando el creyente ve la necesidad de otros, y ora porque desea ver resuelto los problemas de otros, entonces sus oraciones serán específicas. Muchas personas usan una lista de oración; yo en lo personal uso una lista. Debemos tener cuidado de no llegar a ser fríos, únicamente mencionando nombres en nuestras oraciones, pero si no, debemos sentir en el corazón por las personas por quienes estamos orando. Al orar por cada uno de los que están en nuestra lista, debemos concentrarnos en ellos y pedir de corazón, sino no sólo estamos lanzando nombres al aire. En tercer lugar, el creyente puede pedirle al Espíritu Santo que le guíe en la oración, para que pueda pedir correctamente. ¿Por qué? Porque eso es parte del ministerio de Espíritu Santo. Romanos 8:26, dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemido indecibles”. Como podemos ver en este versículo, nuestro problema es doble. En primer lugar, no sabemos pedir como conviene. Y, en segundo lugar, no sabemos la manera en que debemos orar; sin embargo, el bendito Espíritu Santo, quien mora en todo creyente, nos ayuda por medio de mostrarnos cómo debemos orar. Mi hermano, tú y yo, debemos ser específicos en nuestras oraciones. Dios está esperando con su gran poder, listo para contestar las oraciones de los que oran de corazón. Jesús dijo en Juan 14:13 y 14, “Y todo los que pidieres al Padre en mi nombre lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidieres en mi nombre, yo lo haré”. En el libro de Mateo, capítulo 7, versículo 7, encontramos estas palabras animadoras: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis, llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”. Hagamos a un lado el orar en general, y hagamos peticiones específicas. Corrijamos este error que tenemos, y aprendamos a orar efectivamente. Vamos a orar. Padre en estos momentos te pedimos que nos des un deseo profundo de orar correctamente. Señor, nuestro mundo hoy día se ha vuelto frío. Hoy cada quien piensa en sí mismo. Y Padre, ayúdanos a pensar un poco más en las necesidades de otros y un poco menos en nuestras necesidades. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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