Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31 Un tema que se ha convertido muy relevante en la vida de las personas hoy en día son las redes sociales. Es una parte importante de nuestro mundo moderno, pero también presenta desafíos y oportunidades únicos. Como hijos de Dios debemos a diario cuestionarnos ciertas interrogantes en cuanto a este tema, algunas de esas preguntas podrían ser ¿cómo podemos ser la diferencia en un mundo digital que está dominado por Satanás? ¿De qué manera podemos reflejar nuestra fe en Cristo y nuestros valores cristianos? Realmente es muy difícil, pero déjame decirte algunas cosas respecto a esto. Lo primero de lo que quiero hablarles es acerca del poder y la influencia de las redes sociales. Vivimos en una era digital en la que las plataformas de las redes sociales han transformado la forma en que nos conectamos, comunicamos y compartimos nuestras vidas. Vemos ejemplos de personas que comparten un desafío o reto acerca de algo y como rápidamente se vuelve viral, haciéndose tendencia y muchas personas siguen ese ejemplo. Otra parte importante que tomar en cuenta es la influencia e impacto que tienen las redes sociales, tienen el poder de moldear opiniones, difundir información y afectar nuestras emociones y autoestima, muchas de estas cosas con un simple video u opinión. También quiero mencionarles algunos de los desafíos que las redes sociales tienen, uno de ellos es la comparación y envidia, las redes sociales a menudo nos conducen a comparaciones nocivas, al ver vidas de otras personas aparentemente ostentosas, tranquilas, vidas llenas de lujos y viajes. Todo eso lo que puede fomentar en nuestras vidas es envidia y descontento. También otro desafío puede ser la adicción a las redes sociales, esto puede provocar una pérdida de tiempo y obstaculizar nuestra productividad y nuestras relaciones. Y el último es la privacidad, debemos ser muy cuidadosos ya que muchas veces nuestra privacidad en redes sociales es lo último que está a salvo, muchas personas pueden tener acceso a nuestra información, nuestra familia, hijos, trabajos con solo una fotografía. Pero también debemos tener en cuenta que las redes sociales tienen aspectos positivos que pueden ayudarnos, tenemos que ser muy cuidadosos y no podemos desecharlas, todo depende del enfoque con el que nosotros las utilizamos. Una de las ventajas que podemos tener con ellas es que nos permiten estar conectados con nuestros amigos y familiares, sin importar la distancia, el país o la hora. También puede ser una plataforma que nos ayude a poder compartir el evangelio de Jesús a todas aquellas personas que no lo conocen, aunque sabemos que en cuanto a estos temas muchas redes sociales tienen ciertas restricciones, pero nuestro deber a pesar de los obstáculos es utilizarlas para compartir el evangelio. Las redes sociales desde un enfoque cristiano deben servirnos para defender nuestros valores, con nuestro ejemplo, siendo honestos, amables y respetuosos en las interacciones que tengamos con cualquier persona. Siendo conscientes del uso que hagamos de ellas, que consumimos, que vemos, que compartimos. Como cristianos evitemos participar en contenido que no agrade y glorifique a Dios. También mostremos nuestra compasión y empatía hacia los demás, demostremos amor especialmente ante desacuerdos o conflictos con otros. Demos el ejemplo en cuanto su uso, establezcamos límites para prevenir la adicción a las redes sociales, mantengamos un equilibrio saludable entre las redes sociales y el mundo real, no permitamos que nos consuman completamente. Las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para el bien cuando se usan con sabiduría y amor. Como cristianos, estamos llamados a ser sal y luz en un mundo digital. Tu presencia en ellas debe reflejar el amor y las enseñanzas de Cristo. En todo lo hagas, digas, compartas, veas pregúntate “¿Mi presencia en línea refleja las enseñanzas de Cristo?”.