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Formando Nuestro Éjercito
El Ejército Ante Dios - Parte 5
Paul Tinoco Huaraca
(Centro De Vida)
Duración: 00:06:32 Minutes
Listens:
25
Aired on Jun 07, 2019

Escritura

Hechos 17:24-25

El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.

Este texto es una pequeña porción del mensaje que el Apóstol Pablo dio a los Atenienses. Atenas era el centro cultural de Grecia y la cuna de los filósofos más renombrados de la historia humana. Filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles enseñaron en ese lugar. Mientras el apóstol Pablo enseñaba en las plazas, algunos filósofos de los epicúreos lo tomaron y lo llevaron al Areópago, el Areópago era un monte estéril de una altura de 116 metros al noroeste de la famosa Acrópolis en Atenas. Estaba dedicado a Ares, el dios de la guerra. Esta era una corte encargada de las preguntas sobre moralidad y el derecho de los maestros que enseñaban en público. Allí fue llevado Pablo quien no perdió tiempo en anunciar el evangelio. Y como todo evangelio bien predicado el apóstol comenzó hablando de Dios. En primer lugar, Pablo presenta a Dios como el Dios de la creación. Dice el texto “el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay” esta verdad fue poderosa y perturbadora a la vez. Ya que esto iba en contra de la opinión de la mayoría de sus oyentes quienes creían que la materia era eterna y que por tanto no tenía creador. ¿no pasa lo mismo hoy en día? Cuantos andan en el mundo creyendo que venimos de una gran explosión o que el origen de todas las cosas es la evolución. Pablo desde el comienzo intenta poner las cosas bien en claro: Dios hizo el mundo y todas las cosas que en él hay. En segundo lugar, el Dios que tenemos es Gobernante. Dice el texto “siendo Señor del cielo y de la tierra”. la palabra Señor significa literalmente amo y dueño, es uno de los títulos más gloriosos y majestuoso que se le da a Dios en el Antiguo Testamento. Muchas veces cuando hablamos de amo viene a nuestra mente la época en la que la gente por el simple hecho de nacer con un color diferente de piel era marginada, castigada y comercializada. Tenían un amo cruel y despiadado que abusaba de ellos y los trataba como simple animales de carga. Al pensar en esto podemos llegar a la equivocación de creer que así es nuestro Dios. Sin embargo, él es diferente, él gobierna con autoridad, pero también lo hace con amor, él tiene dominio y poder, pero también es lleno de gracia y misericordia. No hay lugar más seguro que estar al lado suyo y no hay honor más grande que ser servidor del Rey. Seguido a esto el Apóstol continúa diciendo, el cual “no habita en templos hechos por manos humanas” esto tiene lógica, ya que si creo el universo entero ¿Cómo ha de limitar su poder y grandeza a un pequeño espacio físico creado por el hombre? Bien dijo Salomón ¿Es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? En tercer lugar, Pablo presenta a Dios como dador, dice el texto “ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas” es absurdo imaginar que Dios, el rey del universo deba ser honrado por manos de hombres como si necesitase algo. En el libro de los salmos Dios dice a Israel lo siguiente “No tomaré de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos. Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud.” Lejos de necesitar algo de los hombres es Dios quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Ese es nuestro Dios, él es el Rey Todopoderoso y el Comandante General que tenemos, cuantas veces no hemos pensado que al trabajar en la obra de Dios le hacemos un favor a Dios ¡qué cosa más tonta y ridícula¡ Dios no necesita de ti ni de mi para actuar, sin embargo por amor nos da el privilegio de pelear en sus filas, así que cada vez que vayamos a la batalla, recuerda que el dador de la vida, el sustentador del universo, el rey de gloria y majestad pelea a tu lado y con él no hay batalla que no podamos vencer. Dios los bendiga Corpus Unum.

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