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Formando Nuestro Éjercito
Entrenamiento Especial - Parte 4
Paul Tinoco Huaraca
(Centro De Vida)
Duración: 00:05:16 Minutes
Listens:
32
Aired on Jun 27, 2019

Escritura

Proverbios 13:24

El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.

El castigo se define como la pena que se impone a alguien que ha cometido una falta con el fin de reducir o eliminar una conducta determinada. En cuanto a este tema creo que actualmente existen dos extremos. Por un lado, están aquellos que son muy liberales y permisivos en la crianza de los hijos, aquellas personas creen que nunca se debiera de castigar físicamente a los niños ya que es inherentemente inadecuado, contraproducente y perjudicial para el niño, por otra parte, hay un lado muy estricto en la crianza de esos mismos niños, que llegan incluso a dañarlos físicamente. Ante esto ¿Cómo debiéramos de actuar como creyentes? ¿será que es mala la corrección física? ¿será que al hacerlo solo causaremos daño permanente en nuestros hijos? Creo que la respuesta a estas preguntas se encuentra en la palabra de Dios. Dice el texto “el que detiene el castigo, a su hijo aborrece” waoo esto es contrario a lo que la mayoría piensa. Muchos padres piensan que la razón por la cual no castigan a sus hijos es porque los aman y no quieren causarle ningún daño permanente, sin embargo, el texto es bien claro: no es amor lo que muestras a tus hijos al no disciplinarlos sino odio y desprecio ya que las consecuencias de no hacerlo a largo plazo serán tristes y desastrosas. Seguido a esto el texto continúa diciendo “más el que los ama, desde temprano lo corrige” corregir al niño para eliminar las faltas o los errores que él tiene es un signo de amor e interés por su persona y debe de comenzar desde temprana edad. ¿Cómo disciplinar a nuestros hijos? Creo que hay dos formas como podemos hacerlo, una es la disciplina verbal y otra es la disciplina física. Siempre debiéramos de comenzar por la disciplina verbal, sentar a nuestros hijos y conversar abiertamente sobre su mal proceder y si ellos no cambian su proceder podemos optar por disciplinas de restricción o retiradas de privilegios como la salida con los amigos, la exposición a la televisión o a la computadora, o la ausencia de una propina que normalmente se le da. Por otro lado, tenemos la disciplina física que debiera ser usada básicamente cuando el niño desafía abiertamente la autoridad de sus padres y no responde a la disciplina verbal. Sin embargo, este tipo de disciplina nunca debiera de lesionar o dañar físicamente al niño, nunca debiera de realizare cuando el padre tiene un ataque de ira y siempre debe de ser administrado con amor. Recuerdo hace algún tiempo atrás mientras mi pequeño hijo Josías estaba aprendiendo a comer, cuando creíamos que ya lo estaba haciendo muy bien, cierto día cuando mi esposa le dio su comida, él no lo hizo pasar sino por el contrario saco la lengua, cerro la boca y boto casi toda su comida, luego nuevamente le dimos una cuchara de comida e hizo lo mismo, casi media hora mi esposa pataleo en hacerle comer y no pudo hacer nada. ¿Qué podíamos hacer? Le hablamos con amor y nada, entonces lo tomé entre mis brazos, le bajé el pantalón y le di tres palmadas en el trasero, comenzó a llorar largamente, entonces le abracé y le dije que lo hacía porque lo amaba. De pronto lo sentamos nuevamente a la mesa y le colocamos la comida en la boca y asunto arreglado, ese día comió toda su comida e incluso pidió más. La disciplina hecha con amor siempre traerá consecuencias positivas en la vida de nuestros hijos. Dios nos ayude a ser obedientes a la palabra de Dios y aunque todo el mundo diga lo contrario confiar en Dios y en que su palabra es lo mejor para nuestras vidas y nuestras familias. Dios los bendiga. Corpus Unum.

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