Escritura
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Prometo lealtad a la Biblia, la Santa Palabra de Dios. La haré lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino, y guardaré sus palabras en mi corazón para no pecar contra Dios. INTRODUCCIÓN: El CDV ya forma parte del Ejército de Dios. Al usar las palabras “Formando Nuestro Ejército”, estamos hablando de las continuas mejoras que anhelamos ver con el fin de ser más efectivos en nuestra lucha contra el mal. Queremos que el CDV sea un ejemplo de Efesios 4:16 donde habla de un cuerpo “bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” En las palabras del súper héroe mexicano: Queremos que todos nuestros movimientos sean fríamente calculados (obviamente, todo de acuerdo con diseño bíblico, por supuesto). Anhelamos que cada uno de nuestros ministerios trabajen unidos en llevar a cabo la misión de servir, evangelizar y discipular. Los dirigentes de cada ministerio deben ser ejemplo en discipular, hacer el Cuaderno Espiritual y ayudar en la multiplicación de nuestros Centros De Acción, motivando a los demás miembros de su ministerio hacer lo mismo. Los que llevan más tiempo, en cualquier ministerio, deben servir como motivación y ejemplo a los que vienen entrando, todos ayudando mutuamente, todos creciendo y todos edificándonos en amor. Como pueden ver, este asunto de formar nuestro ejército es un proceso progresivo y continuante. (El día que dejemos de hacer lo que hacemos, nos debilitaremos y seremos eliminados de la batalla. Ya sea como Iglesia, Centro De Acción, hogar o soldado.) Si no aprendemos ninguna otra cosa en este mensaje, por favor, hagamos el intento por acordarnos de esto: Si no estamos concentrado en el Reino, si nuestra vida no se trata de Dios y de los demás, llegaremos al final de nuestros días, para darnos cuenta de que nuestro tiempo aquí en la tierra, fue desperdiciado. Nos daremos cuenta de que todas las cosas materiales que acumulamos, no nos sirven de absolutamente nada, ya que no pueden añadirnos ni un segundo más de vida, ni acercarnos ni un centímetro más a Dios, ni a nadie más. Quiero dejar bien claro, lo siguiente: Si alguien te ha dicho que formar parte del ejército de Dios es fácil…¡Te mintió! Guerra es guerra. La guerra que peleamos nosotros es la guerra de todas las guerras. Aunque quienes peleamos esta guerra, vamos a ser recompensados grandemente por nuestro servicio, es el hacer lo correcto lo que nos debiera motivar. El hacer lo correcto para con Dios, para con el prójimo, y para con nosotros mismos. En los momentos difíciles de pelear esta batalla, quiero que recordemos las siguientes cosas que encontramos en nuestro texto hoy. Son palabras expresadas por nuestro Señor. Mi oración, es que estas palabras nos ayuden hacer lo correcto, mientras damos forma al ejército CDV. Primero, Hagamos Lo Correcto, Porque El Reino Ya Es Nuestro Una de las cosas que el enemigo más utilizará en nuestra contra, es el tiempo que se supone que vamos a perder, por servir a Dios, cuando podríamos estar disfrutando y gozando de las cosas de este mundo. Aquí es donde entra la fe, o sea, si realmente confiamos en lo que Dios dice o no. Hebreos 11:24-26 nos dice que Moisés, ya hombre, prefirió rehusar ser llamado hijo de la hija del Faraón, para ser maltratado con el pueblo de Dios, antes de gozar de los deleites del pecado, “teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía la mirada en el galardón.” Hebreos 12:1-3 dice: Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Por el gozo delante de Él, sufrió la cruz. Creó al Padre en cuanto a la resurrección, la salvación de todos nosotros, y el Reino eterno. Siguiendo Su ejemplo, nosotros también debemos meternos a la guerra. ¿Cuál es el gozo puesto delante de nosotros? El Reino. ¡Ya es nuestro! Podemos sufrir todo lo que Satanás pueda lanzarnos si creemos lo que Dios nos dice. Segundo, Hagamos Lo Correcto, Porque Lo Correcto Es Eterno El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios es eterno. Las cosas de este mundo no. Tú y yo podemos dedicarnos a acumular tesoros aquí en el mundo (según nosotros), para asegurar nuestro futuro. Lo malo, es que aquí en la tierra, no hay futuro. ¿Cuánta gente no conocemos que vino acá para asegurar el futuro de sus familiares, solo para destruirlo? Se juntaron con otro u otra. Abandonaron el hogar, optando por proveer bienes materiales para los cuerpos físicos de su esposa e hijos, en vez de proveer dirección, paz, calor, amor y seguridad para el alma y espíritu de los mismos. Ahora, han perdido completamente el respeto de quienes se supone son las personas a quienes más aman. ¿Saben cuántas personas todavía están sufriendo lo del Huracán Harvey? ¿No que habían asegurado su futuro? ¿Vamos a asegurar nuestro futuro con la inseguridad de nuestros países? ¿En serio? Nuevamente, Dios nos ha entregado el Reino, y en vez de hacer lo correcto e invertir en la eternidad, ¿vamos a cometer el grave error de invertir en lo que se acaba? Tercero, Hagamos Lo Correcto, Porque Allí Es Donde Esta Nuestro Corazón. ¿Cuántos cristianos andamos miserables por luchar en contra de nuestro corazón? Nosotros conocemos la verdad. Sabemos lo que debemos estar haciendo. 1 Juan 3:21. “Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios”. La cosa es que, para la mayoría de nosotros, nuestro corazón nos reprende todo el tiempo. Sabemos que nuestra relación con Dios no es lo que debe ser, pues, sabemos perfectamente bien que estamos más enfocados en este reino terrenal, que el Reino que nuestro Padre nos ha dado. Domingo, tras domingo, mensaje, tras mensaje, salimos con la buena intención de hacer cambios. Pero, las buenas intenciones no ganarán esta batalla que peleamos. Por permitir que el enemigo nos mantenga distraídos en las cosas de este mundo, estamos perdiendo la oportunidad de atesorar en el Reino. El alma de nuestra familia y amistades es el tesoro. ¿Invertiremos en sus vidas aquí, para tenerlos por la eternidad allá? Conclusión: Hermano, ¿quieres saber por qué hablamos de servir, evangelizar y discipular? ¿Quieres saber por qué hablamos continuamente de multiplicar nuestros Centros De Acción? Porque esa es la manera en que invertimos en el Reino. Centros De Acción, multiplicados, significan nuevos contactos, nuevos prospectos para el Reino. Cada persona discipulada, representa otro ingreso al Reino que puede (si invertido correctamente), representar otro ingreso. Ingresos no temporales, sino eternos. Amigo, en Lucas 12:16-21, Jesús nos presenta la ilustración de un hombre rico, que se volvió más rico, según él asegurando su futuro. Tan seguro se sentía, que dijo, “Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.” Pero, Dios le dijo, “Necio. Esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?” …Ven a Jesús.
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