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La Armadura de Dios
La Armadura De Dios
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Jun 21, 2022
Jun 18, 2022
Duración:
00:14:31 Minutes
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Escritura

Efesios 6:12; 2 Corintios 11:14 y 15.

No es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras. 2 Corintios 11:14 y 15 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12

Estamos estudiando acerca de la armadura de Dios. En nuestro primer estudio vimos que todo creyente, tiene un enemigo común: Satanás. Ahora, Satanás es fuerte y muy astuto, y ningún cristiano puede hacerle frente en su propia fuerza. El creyente se haría un gran mal, si intentara ir a solas en contra del diablo; no hay dudas de quién saldría victorioso. Entonces, ¿Cómo se supone que el creyente luche en contra de tan fuerte contrincante? Únicamente lo puede hacer si lleva puesto toda la armadura de Dios. Porque sólo así puede entrar a batalla contra el enemigo y salir victorioso. Pero ¿Por qué tiene que ser la armadura de Dios? Es así, porque sólo la armadura de Dios puede resistir lo que Satanás lanzará al creyente. Satanás nunca ha peleado de acuerdo a las reglas. Satanás es rudo y sucio. Estudia bien al humano y conoce cada uno de sus puntos débiles. Nunca peleará con honor. Sus ataques serán sucios y siempre en el preciso momento en el que uno baja la guardia. Por eso es que él ha tenido tanto éxito en la vida del ser humano. Primero agarra la confianza de uno, y luego ¡pum! Pega su golpe bajo. Y lo triste es que el hombre nunca aprende, pues, permite que Satanás le engañe vez tras vez.   Alguien me preguntó el otro día, que ¿Por qué pensaba yo que Satanás y sus demonios no aparecen tal y como son? La sencilla razón es que, si Satanás y sus demonios se manifestaran visualmente al hombre, el hombre se daría cuenta del error de su camino y buscaría a Dios, y eso no le conviene a Satanás. Por lo consiguiente, siempre se quedará en lo oscuro, tratando con la mente del hombre, mintiéndole y engañándole, para llevarle consigo a su destrucción total. Debes acordarte que, si el diablo se presenta a alguien, si sus demonios se presentan a alguien va a ser de una manera atractiva y maravillosa. Para darte cuenta de esto, no hay más que ver los anuncios de los vicios que Satanás produce para matar al hombre. Cuando vemos los anuncios de cigarros, no veremos a una persona con un tubo saliendo de su garganta para poder ayudarle en hablar, ya que tuvieron que operarle debido al cáncer producido por el cigarro; no veremos a una persona con una tos continua. ¡No! lo que veremos es a un grupo de jóvenes bien parecidos, alegrándose en una fiesta. Y ¿Por qué están tan contentos? Pues, por la alegría que les trae el humo entrando por a pulmones. Al ver los anuncios de la cerveza, no veremos el cuadro de un niño que padece hambre, porque su padre malgastó su sueldo en cervezas para todos sus amigos. No veremos al hombre tirado en el suelo, en su propio vómito, producto de lo que consumió. ¡No! Lo que veremos es una pareja bien controlada y gozándose de la tranquilidad del trago. Cuando vemos algo que induce al sexo, no será una foto de un joven muriéndose de Sida. ¡Claro que no! Y ¿Por qué no? Porque a Satanás no le conviene mostrar la verdad, por eso. Cuando Satanás y sus demonios vienen al hombre, vendrán con apariencia de algo bueno. Escucha lo que dice 2 Corintios 11:14 y 15 “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia”. ¿Te fijas? Satanás no vendrá de manera repulsiva o repugnante. Primeramente, se vestirá como él sabe que la persona le gusta, y su primera impresión será buena. Una vez que ha ganado la confianza de la persona, le traicionará. En la mayoría de los casos ya es demasiado tarde cuando esto sucede y el golpe traicionero del diablo, es mortal. Regresemos ahora, a la pregunta, pero ¿Por qué la armadura de Dios? Imagínate un incendio. Tenemos un edificio enorme que está siendo consumido por las grandes llamas. Vienen los bomberos, sacan unas grandes mangueras y comienzan a echarles gasolina al fuego. Inmediatamente tú me dices: “¿gasolina? Eso no debe de echarse al fuego, eso sólo va a complicar la situación”. Y tú tienes razón, sería totalmente ilógico echar gasolina a un fuego para apagarlo. La gasolina sólo hará que el fuego arda con más fervor. Ahora, tú me preguntas ¿Por qué la armadura de Dios? Pues, porque sería ilógico usar cualquier otra armadura. ¿Acaso vamos a poder vencer al pecado y la maldad con un armamento carnal? ¡Nunca! la carne sólo complica las cosas; sólo hará arder con más fervor el fuego. Notemos nuevamente al enemigo. Regresemos a nuestro texto en Efesios, capítulo 6, para leer el versículo 12; quiero que pienses bien a lo que vamos a enfrentarnos como siervos del Señor. Dice el versículo 12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Si nuestra lucha fuera con algo carnal, podríamos usar metralletas,  bombas, granadas, lanza llamas y cualquier otra cosa para poder vencer. Pero las armas que acabo de mencionar no tienen ningún efecto contra principados, potestades y gobernadores de las tinieblas. Todas estas cosas que mencioné son espirituales, y no podemos luchar contra lo espiritual con armas físicas o carnales. Si vamos a pelear con eficacia en contra de Satanás y su ejército poderoso, vamos a necesitar una armadura especial; una armadura que el mundo nunca ha visto, la armadura de Dios. Claro está, que el mundo se reirá de nosotros; ellos seguirán en su intento de alcanzar la paz por medios humanos, haciendo a un lado las armas que realmente son eficientes. Pero nunca lograrán la paz; nunca triunfarán. ¿Por qué? Porque ellos desconocen, o porque quieren ignorar, el hecho de que hay un poder más alto que gobierna los asuntos del mundo. El Evangelio y la realidad de las cosas está lejos de su entender. 2 Corintios 4:3 Y 4, nos dan el por qué, dice: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierde está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. Si, Satanás ha vendado los ojos del hombre para que no vea la verdad. El hombre anda ciego, haciendo las cosas a tientas, buscando su propia destrucción y ruina. La armadura de Dios les suena ridículo. Seré sincero en decirte, que yo también no entiendo, por qué Satanás tiembla, cuando el Hijo de Dios se arrodilla ante el Padre Celestial en oración. Pero, sí sé que tiembla. Yo no sé por qué un simple estudio de la Biblia pone en acción a Satanás, pero sé que él hará todo lo posible, para que un estudio bíblico no se lleve a cabo. Yo no entiendo por qué uno puede sentarse por horas viendo el televisor sin interrupciones, pero apenas uno se sienta para leer la Palabra, parece que todo el mundo se vuelve loco. Aunque la armadura de Dios suene ilógica para el hombre, es lo único a lo cual Satanás teme, por eso es que él no quiere que estudiemos la Biblia, o que oremos con nuestros Padre Celestial, o que testifiquemos a un amigo; todas estas cosas, le hacen daño. No quiero que te olvides de esto: Lo único que puede ayudar al cristiano a vivir una vida victoriosa en este mundo, es la armadura de Dios. Tú puedes ponerte otra armadura, pero será sin efecto contra los poderes espirituales de Satanás. Para pelear con lo espiritual, se necesita una armadura especial: la armadura de Dios. Vamos a orar. Padre, podríamos viajar por todo el mundo, comprando piezas de armaduras muy valiosas, pero no servirían de nada, cuando se trata de luchar contra el diablo y su ejército. Señor, te pedimos que nos hagas comprender, que no tenemos que saber cómo es que tu armadura trabaja, si no que sólo tenemos que entender que sí trabaja, y ponérnosla para ser victoriosos. Padre, ayúdanos a dejar lo carnal, para vivir bajo el espíritu, y así tener victoria, tras victoria, para tu honra y gloria. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.

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