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Panorama De La Biblia
Panorama De La Biblia – Lección Cinco: Adversidad
Valmori Zelaya
(Centro De Vida)
Duración: 00:18:48 Minutes
Listens:
63
Aired on Mar 29, 2020

Escritura

Job. Job 1:6-12; 2:11; 42:1-3,10

Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová. Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle. Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de

Radio Bautista Centro de Vida y Lifeword en español presentan su programa Seguidores del Maestro, un programa de la Editorial Bautista Misionera de América, pongámonos cómodos y disfrutemos esta maravillosa lección con nuestro hermano Valmori Zelaya, de la serie Panorama de la Biblia. Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; Job 19:25. En la serie el Panorama de la Biblia, hoy corresponde estudiar el panorama bíblico del libro de Job, el cual tiene como tema: Adversidad. Cuando las circunstancias trágicas vienen al pueblo de Dios, Él nos pide confiar en Él a pesar de nuestras circunstancias. El libro de Job nos reta en el área de las aflicciones y los problemas. Los eventos registrados en el libro de Job ocurrieron más o menos 2000 años antes de Cristo, aproximadamente en la época de Abraham. El autor del libro de Job es desconocido. El libro no se parece a otros libros hebreos (por la ausencia de mucho de lo que es común en la religión y las costumbres hebreas), ya que sus eventos ocurrieron antes de la existencia de la nación hebrea. Podría haber sido escrito por Moisés según los registros históricos.  O tal vez fue escrito por Job mismo. Los eventos tuvieron lugar en la tierra de Uz, un territorio grande al este del rio Jordán y el mar Muerto. Incluía la tierra de Edom al sur y la tierra de los arameos al norte. El tema del libro es «¿Por qué sufren los rectos si Dios es amoroso y todo poderoso? ». Los cuatro consejeros de Job no podían responder a esa pregunta, y Dios tampoco la respondió. El propósito histórico del libro es consolar al pueblo de Dios en medio del sufrimiento. El propósito doctrinal es mostrar cómo el dolor es utilizado, por la providencia de Dios, para purificar y perfeccionar a Su pueblo. Cristológicamente, el propósito del libro es profetizar del Mediador y Redentor de acuerdo a Job 19:25. El libro de Job es único por las veintitrés referencias científicas claras, las cuales son reconocidas como hechos hoy en día. Job se menciona en el Nuevo Testamento con relación a la paciencia de Job. En el libro de Santiago 5:10,11 y se cita también en 1 Corintios 3:19 con relación a la imprudencia de los hombres y la sabiduría de Dios. El problema del sufrimiento siempre ha estado presente.  Por eso, el libro de Job tiene un mensaje importante para nosotros hoy en día. En los primeros dos capítulos podemos ver El problema misterioso de la adversidad. Las circunstancias de Job eran ideales cuando la historia empieza. Era un hombre de carácter impecable, «perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal» de acuerdo a Job 1:1, con una familia ideal tenía siete hijos y tres hijas, con riquezas grandes, «era aquel varón más grande que todos los orientales» . También era un hombre de devoción religiosa sincera, «se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos». Tal hombre debía estar bajo el cuidado especial de Dios. De repente apareció Satanás ya que él es el «el acusador nuestro», no nos sorprende oírle acusar a Job ante. Satanás dijo que Job servía a Dios solamente por los beneficios que el recibía; si Dios quitara Su protección de Job, le blasfemaría cara a cara. Dios le permitió que Satanás le quitara las riquezas y a sus hijos. En un dolor profundo, Job se sentó en cilicio y ceniza, llorando su gran pérdida.  Pero no se quejó con Dios imprudentemente ni le acusó de injusticia. Él dijo «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio y Jehová quitó. Sea el nombre de Jehová bendito». Satanás puso a prueba una vez más  la fidelidad de Job a Dios. Quita su buena salud—dijo satanás—y él te blasfemará cara a cara.  Dios permitió que Satanás hiriera a Job con una sarna maligna en todo el cuerpo. Job sufrió, pero no dio la espalda a Dios. En este momento, la esposa de Job (que sufrió la pérdida de sus hijos, sus riquezas y la salud de su esposo), y sus tres amigos aparecieron en la historia. De la última parte del capítulo 2 hasta el capítulo 37 aparece La solución humana a la adversidad. La esposa de Job tuvo una solución permanente: Ella dijo: «Maldice a Dios y muérete». Ella había perdido la esperanza de la ayuda de Dios. Interpretaba los sufrimientos como la indiferencia de Dios ante una situación grave. Sintió que sería mejor renunciar a la fe y dejar de sufrir en la muerte, que mantener su fe y seguir sufriendo. Al dar tal consejo a Job, ella se convirtió en la ayudante de Satanás. Pero Job mantuvo su integridad. Al reconocer la imprudencia del consejo de ella, él preguntó, «¿Recibiremos de Dios el bien y el mal no lo recibiremos? ». En toda su adversidad, él no pecó con su boca. De repente, los amigos de Job llegaron de sus hogares lejanos. Elifaz vino de Edom, al sur del Mar Muerto.  Bildad fue un descendiente de Súa, el hijo menor de Abraham y Cetura. La ubicación de su casa no se menciona. Zofar está identificado sólo por ser naamatita. Su llegada no es un gran consuelo para Job. Para comenzar, apenas le reconocieron. Se sentaron con él por siete días y siete noches sin hablar, porque vieron su gran sufrimiento. Por fin, Job lloró y maldijo el día de su nacimiento. Su existencia, que había sido tan alegre bajo las bendiciones de Dios, habían cambiado a una carga pesadísima. Se desesperó de la vida, pero no rechazó a Dios. Luego comienza una serie de discursos, con tres ciclos en total. En cada uno de los primeros dos ciclos, un amigo habla y Job responde. Después, el segundo amigo habla y Job también responde. Finalmente, el tercer amigo habla y Job responde. En el tercer ciclo, sólo Elifaz y Bildad hablan.  Parece que Zofar ha perdido la esperanza y considera que más discusión es inútil. A fin de cuentas, Job refutó los argumentos de sus amigos cada vez que hablaban. Cada uno de los tres amigos de Job se enfocó de una manera diferente en su problema, y ofreció una solución original.  Elifaz es un teólogo. Él dice que Job sufre por su pecado porque es culpable. Su opinión se basa en la naturaleza de Dios: Él es omnisciente y nunca se equivoca. El pecado trae sufrimiento; Job está sufriendo; por lo tanto, Job ha pecado. Él llama a Job al arrepentimiento. Bildad es un tradicionalista que también dice que Job sufre por su pecado porque es culpable. Él insiste en que Dios es justo y nunca hace sufrir a una persona inocente. Job sufre porque es culpable. Él llama a Job al arrepentimiento. Zofar es un moralista con una actitud de ser más santo que otros. Está de acuerdo que el sufrimiento de Job vino porque él es culpable de un pecado personal.  Él insiste en que Dios reconoce el pecado, y hace sufrir a la gente a causa de su pecado. La única manera que Job puede recibir alivio es confesar su pecado y renunciarlo. ¡Qué amigos los que llegaron a estar con Job! La defensa de Job es que no ha pecado. Él insiste en que sufre injustamente. Él clama por una oportunidad de enfrentar a Dios y exigir una explicación de su sufrimiento. Por fin, después que los otros han hablado, Eliú habla.  Él es menor que todos los otros y ha esperado que ellos hablen primeramente. Cuando ellos no tienen nada más que decir, él refuta las acusaciones contra Job. También refuta la insistencia de Job en su inocencia. Sus ideas son más cerca a un entendimiento correcto del sufrimiento de Job que ninguno de los otros. Él dice que el sufrimiento de Job viene de la disciplina de Dios sobre él. La disciplina de Dios, por más difícil que sea, está diseñada para mejorar a Job y hacerle un hombre más justo. Eliú entiene la enseñanza del Nuevo Testamento de que la disciplina es para corregir y perfeccionar a los hombres. Las quejas de Job están centradas en dos ideas no nombradas: la sabiduría y el poder. Él quiere tener una conferencia con Dios para que, tal vez, pueda entender la causa de su sufrimiento. Él supone que será capaz de ponerse de pie frente a Dios y tener la conversación deseada. De repente, Dios le habla desde un torbellino.   Lo que sucedió es uno de los mejores diálogos sobre la creación que se puede encontrar en toda la Sagrada Escritura. Empieza con la fundación del mundo y concluye con la majestad de la persona divina de Dios. ¡Lea esos capítulos y adore a Dios! Primeramente, Dios cuestiona la sabiduría de Job. Job insistía en que, si él pudiera hablar con Dios, podría comprender por qué sufría injustamente. Pero Dios le hizo preguntas a Job acerca de la creación que él nunca sería capaz de responder. «Si tú no puedes entender asuntos naturales, ¿cómo puedes entender las acciones de Dios? » preguntó Dios a Job. Luego, Dios cuestiona la fuerza de Job. Él reta a Job a comparar su propia fuerza con la de un elefante, un cocodrilo, una ballena o un rinoceronte. Si no tiene la fuerza para vencer a aquellos, ¿cómo puede competir con Dios? Job responde al confesar su entendimiento limitado y se arrepiente de su rebelión. No hace más preguntas.  Tiene que confiar en Dios por quién es, y no por lo que haga. En esta historia podemos ver el buen final de la adversidad. Seis beneficios son evidentes  de  las tribulaciones de  Job. La número 1 es Su dedicación a Dios se examina y está probada.  La número 2 es que la disciplina se aplica para mejorar su vida. La número 3 es que su orgullo se quebranta. La número 4 es que sus prioridades se ordenan correctamente. La número 5 es que sus bendiciones futuras se aseguran. La número 6 y lo más importante de todo es que Dios llega a ser más real que nunca para Job. En conclusión mis amados hermanos, nos quedamos con la pregunta «¿Cuál es la explicación del sufrimiento? » El autor del libro de Job dice que es la obra de Satanás. Job dice que es una adivinanza que nadie puede resolver. Los tres amigos dicen que es el castigo por el pecado. El joven Eliú dice que es para purificación y para promover la rectitud. Dios dice que es Su trabajo soberano. De modo que la pregunta no tiene respuesta a nuestra satisfacción, debemos confiar en Él sin tomar en cuenta las circunstancias. Que Dios bendiga nuestras vidas al escudriñar su Palabra y que el estudio del Panorama Bíblico de Job traiga consuelo, fortaleza y esperanza a nuestra vida. No nos corresponde a nosotros saber las causas o el porqué de las circunstancias, pero si nos corresponde confiar y tener fe en el Dios que todo lo puede. Que Dios le bendiga, nos vamos a escuchar en la próxima lección. Radio Bautista Centro de Vida y Lifeword en español presentaron su programa Seguidores del Maestro, un programa de la Editorial Bautista Misionera de América, para mayor información puede visitarnos en www.lifeword.org sección en español. Bendiciones.

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