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Panorama De La Biblia
Panorama De La Biblia – Lección Trece: Ezequiel: Gloria
Valmori Zelaya
(Centro De Vida)
Duración: 00:16:10 Minutes
Listens:
42
Aired on Jul 26, 2020

Escritura

Ezequiel 1:1, 4-8, 12-14, 28.

Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido. Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados. Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían. Cuanto, a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos, como visión de hachones encendidos que andaba entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos. Y los seres vivientes corrían y volvían a semejanza de relámpagos. Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor.

Radio Bautista Centro de Vida y Lifeword en español presentan su programa Seguidores del Maestro, un programa de la Editorial Bautista Misionera de América, pongámonos cómodos y disfrutemos esta maravillosa lección con nuestro hermano Valmori Zelaya, de la serie Panorama de la Biblia. «Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre». Le damos la más cordial bienvenida a este programa, Seguidores del Maestro, hoy seguimos con la serie el Panorama de la Biblia y nos corresponde estudiar el panorama bíblico del libro de Ezequiel, el cual lleva por tema: Gloria. El pasaje que recién acabamos de compartir lo encontramos en Ezequiel 37:26, este nos recuera sobre el pacto de paz, pacto perpetuo que el Señor ha establecido con su pueblo. En este estudio contemplemos el propósito glorioso de Dios, mientras él trabaja y reina en las naciones del mundo. El reprende a los pecadores, castiga a los rebeldes, perdona a los humildes y restaura a los arrepentidos. Cuando Dios envió a la nación de Judá a la cautividad babilónica debido a sus pecados, Él no dejó de aconsejarla por medio de sus profetas. Tres hombres importantes ministraron en la comunidad exiliada. (1) En el año 605 o 606 antes de Cristo, durante el reinado del rey Joaquim, Daniel fue llevado cautivo a Babilonia.  (2) Cerca del año 597 antes de Cristo, durante el reinado de Joacim, Ezequiel fue llevado cautivo junto con miles de otros judíos a Babilonia.  (3) Cerca del año 586 antes de Cristo, Jeremías se quedó en la Palestina para ministrar a la gente de allí. Cuando Ezequiel fue llamado al ministerio profético cerca del año 593 antes de Cristo, Daniel y Jeremías ya eran profetas. Ezequiel tenía unos treinta años cuando comenzó su ministerio profético. Jeremías trabajó principalmente en la ciudad de Jerusalén antes de la caída.  Daniel trabajó mayormente en la corte de Nabucodonosor antes y después de la caída de Jerusalén. Ezequiel trabajó entre los exiliados en un área a unos 80 kilómetros al sur de la ciudad de Babilonia antes y después de la caída.  Daniel buscaba la restauración nacional en una manera política; Ezequiel buscaba la restauración espiritual. Daniel veía las cosas como profeta; Ezequiel las veía como sacerdote. Daniel se menciona tres veces en el libro de Ezequiel. El nombre de Ezequiel en hebreo significa «Dios fortalece». Tiene el nombre apropiado, porque Dios le hizo fuerte para que pudiera hacer su trabajo como profeta. Ezequiel nació cerca del año 623 antes de Cristo, durante el reino del buen rey Josías. Ezequiel era un niño cuando descubrieron el libro de la ley al limpiar el templo (cerca del año 621 antes de Cristo). Cuando descubrieron el libro, esto inspiró a Josías a dirigir un gran avivamiento espiritual en la nación. Ezequiel creció bajo la influencia de aquella generación espiritual. Era de herencia sacerdotal, hijo de Buzi. Hubiera sido un sacerdote, porque así era su interés, si no hubiese sido llevado cautivo a Babilonia y llamado por Dios al oficio de profeta. Ezequiel tenía unos dieciocho años de edad cuando llevaron a Daniel al cautiverio babilónico (cerca del año 605 antes de Cristo). Ocho años después (cerca del año 597), Ezequiel fue llevado con otros jóvenes de la clase alta de Judá de acuerdo a lo descrito en el segundo libro de Reyes 24:10-17. Su domicilio en Babilonia fue Tel-abib, de acuerdo a lo que encontramos en Ezequiel 3:15, una colonia principal de exiliados en aquel entonces, ubicada a unos 80 kilómetros al sur de Babilonia, situada junto al Gran Canal, llamado el rio Quebar. Su casa fue el sitio de reuniones para los ancianos de Judá que vinieron para consultar con él. Su llamado al oficio de profeta vino cinco años después de su llegada a Babilonia, es decir, allá por el año 592 antes de Cristo. Y pasados veintidós años, el seguía trabajando como profeta de Dios. No hay información específica acerca del fin de su ministerio o de su vida. Dios hizo a Ezequiel fuerte y sin miedo en su carácter.  Era «como diamante, más fuerte que pedernal» de acuerdo a Ezequiel 3:9.  Tenía una energía casi inagotable, una disposición firme, y un corazón delicado; fue metódico, artístico, y místico. Y fue muy introspectivo y ha sido llamado «El profeta de la responsabilidad personal». Ezequiel integró la prosa y la poesía para producir una obra maestra de la literatura. Sus escritos son fascinantes e interesantes. Sin embargo, el uso de símbolos los hace difíciles de entender en nuestros días.  Él reporta seis visiones, las cuales él fecha cuidadosamente, y las incluye en su libro. Ha sido llamado «el profeta de las visiones» porque Dios le habló tantas veces de esta manera.  Fue un historiador cuidadoso, dando fechas específicas de eventos doce veces en su libro. Más que cualquier otro profeta, Ezequiel usó símbolos.  Dios dijo «por señal te he dado a la casa de Israel» de acuerdo a Ezequiel 12:6, y Ezequiel tomó en serio esa comisión.  Él construyó una ciudad en miniatura de ladrillos y la destruyó como un cuadro del sitio y la caída de Jerusalén. Se acostó a un lado por días para enseñar la incomodidad que significaba el cautiverio. Usó un horno de fundición para representar el juicio y la purificación. Sufrió la muerte de su esposa sin lamentarse como una señal de que la gente no debía lamentar la pérdida de su tierra natal, sino que, en cambio, debía lamentar sus pecados. Diez veces Ezequiel usó tales símbolos para que la gente preguntara «¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces?». Al preguntar, ellos escucharon el mensaje y lo entendieron. En este libro hay nueve profecías mesiánicas escritas por Ezequiel. Él usó muchas alegorías, es decir, relatos con el propósito de enseñar lecciones espirituales para dar el mensaje de Dios a la gente. Palabras y frases claves se encuentran por todo el libro. La frase «Hijo de hombre» con referencia al profeta, se encuentra más de noventa veces. «Vino a mí palabra de Jehová» aparece cuarenta y nueve veces. «La gloria del Dios de Israel» o «La gloria de Jehová» se encuentra diecinueve veces. Y la frase «Señor Jehová» se encuentra más de 208 veces. El propósito del libro de Ezequiel es triple. (1) Históricamente, da consuelo al pueblo exiliado y contrarresta la esperanza falsa de un regreso pronto a su patria.  (2) Doctrinalmente, enseña la gloria de Dios, la necesidad del juicio por los pecados, y el cumplimiento de las promesas de Dios. (3) Cristológicamente, representa a Cristo como la Gloria de Dios de acuerdo a Ezequiel 10:18 y 19, el Pastor del rebaño, el Limpiador de la gente (Ezequiel 36:24), y el Restaurador de Israel.  Su interés sacerdotal es evidente al ver su preocupación por el templo, el sacerdocio, los sacrificios y la «Shekinah» o la gloria de Dios. El capítulo clave del libro es el capítulo 37, la visión del valle de los huesos secos que se integraron y volvieron a la vida para que un ejército entero se presentara. Este pasaje enseña que la nación de Israel, aparentemente muerta, resurgiría a la vida en el tiempo que Dios estableciera. El mensaje del libro se relaciona con el hecho de que la gloria de Dios se ha apartado de Jerusalén, con la demora del regreso de la gloria de Dios, y con la restauración de la gloria de Dios a Jerusalén. Los capítulos del 1–3 dan la historia de la visión sorprendente de la gloria de Dios por la cual Ezequiel fue llamado como profeta. Dios exigió que Ezequiel profetizara, pero le advirtió que el pueblo no pondría atención. Tendría un ministerio sin éxito en los ojos de los hombres, pero agradable delante de Dios. El profeta comenzó su ministerio antes de la caída de Jerusalén. En su primer mensaje anunció el   final inminente de la ciudad, aunque le rompió el corazón pronunciarlo, pero lo compartió con el pueblo. La visión dada por Dios reveló la verdadera condición espiritual del pueblo y explicó el motivo por la severidad del cautiverio:  su pecado era muy corrupto. El juicio de Dios sobre Judá vendría en forma de los ejércitos babilónicos que vencerían a Judá y le llevarían al cautiverio.  Así la gloria de Judá se apartó a causa de su historia larga de rebelión contra Dios. La espada de Dios fue desenvainada y nada podría detener el juicio de Dios que vendría sobre el pueblo. De acuerdo a lo que aparece en los capítulos 25 al 32 las naciones como Amón, Moab, Filistea, Tiro, Sidón y Egipto sentirían la disciplina de Dios. La lista empieza con Amón y sigue en orden a las otras naciones como si Ezequiel mirara un mapa. La desolación y destrucción vendría sobre cada una al mover Babilonia su gran maquinaria militar. Sería como un segador cortando espigas de trigo en la cosecha. La gloria de Dios no volvería a Judá hasta que aquellos enemigos recibieran recompensa por sus hechos. La gloria de Dios restaurado. Los capítulos del 33 al 48 tienen un espíritu diferente a los capítulos del 1 al 32. Hay un gran énfasis en el regreso de Israel a su patria. Ezequiel fue nombrado el guardián de Dios mientras estos eventos ocurrían.  Está en ese contexto que Dios dio a Ezequiel la visión del valle de los huesos secos de acuerdo al capítulo 37. La nación experimentaría un avivamiento, aunque parecía que había estado muerto tanto tiempo que no había esperanza. Israel no sólo podría vivir y volver a su patria, sino que sería protegida también.  Los capítulos 38 y 39 informan del intento del príncipe de Gog de la tierra de Magog, con sus naciones cómplices, a tomar la Palestina. Pero Dios le detuvo y una gran matanza cayó sobre los invasores. El interés de Ezequiel está en más que el hecho de que una nación regrese a su patria. Su interés es el de un sacerdote. La gloria de Dios otra vez volvería a aquel templo, y una nueva adoración comenzaría. Hasta el terreno de Palestina sería regado por un río que corre desde el templo nuevamente construido, y la productividad surgiría en todas partes. ¡Qué día tan grande estaba por delante para la nación de Israel! Esas profecías levantan una pregunta en cuanto a la interpretación de los escritos de Ezequiel. ¿Son literales o figurativos? Algunos eruditos las ven espiritualmente. Las ven como ya cumplidas en Cristo y la iglesia.  Hay argumentos excelentes para este tipo de explicación. Otros eruditos las toman literalmente y piensan que todavía no se han cumplido. Siguen el principio de que, «Cuando el sentido literal parece lógico, no hay que buscar otro sentido».  Si no se interpretan estas profecías de Ezequiel literalmente, no tenemos base para interpretar literalmente a las otras profecías de la Biblia, y se amenaza toda la estructura de la profecía.  Aceptamos las palabras de Ezequiel literalmente por lo general mientras estudiamos este libro. Sin embargo, no apliquemos toda su profecía solamente a los judíos, excluyendo a los creyentes gentiles.  Dios prometió que todas las naciones serían bendecidas por aquel que descendió de Abraham. Entonces, los creyentes gentiles están incluidos con Israel como una parte del pueblo de Dios. La gloria de Dios representa la presencia personal de Dios en este libro. Ezequiel vio la gloria de Dios moverse del Lugar Santísimo a la entrada del templo. Luego, se fue de la entrada del templo al monte de los Olivos. Después, se movió del monte de los Olivos hacia el este, a los exiliados en Babilonia para mostrar que Dios está con Su pueblo, aún en su cautiverio.  Cuando la gente se arrepintió y volvieron a su tierra, la gloria de Dios volvió con ellos y tomó su lugar en el templo nuevo que Ezequiel vio en su visión. Aprendamos que Dios está con Su pueblo dondequiera que sea y en cualquier condición en que se encuentren. ¿Requiere su situación esta seguridad el día de hoy? Si es así, ¡reclámela! Busque a Dios, invoque su nombre y pida su auxilio. Ezequiel está de acuerdo con todos los profetas de que la restauración de Judá no se basa en su mérito sino en la gracia de Dios. Es para la gloria de Dios, para enseñar Su gracia y para manifestar que Él es el Señor del mundo entero. Aquí está un hombre con una visión de Dios que le dejó prostrado en el polvo ante la gloria divina. Él nos enseña cómo responder a las obras de Dios en nuestro mundo el día de hoy. Dios conoce todas sus obras desde el principio hasta el fin. Catorce años después de la destrucción del templo, se le mostró a Ezequiel ya restaurado y lleno de la gloria de Dios. Es a Él a quien llamamos «Padre» por medio de Cristo Jesús. El pueblo de Dios puede perder la esperanza, pero Dios siempre es fiel. El libro de Ezequiel comienza con una escena en la cual parece que ya no hay esperanza. Confiemos que Cristo está con nosotros y que Él puede controlar cualquier problema que encontremos. Hemos llegado al final de esta lección, si es la voluntad de Dios, nos vamos a escuchar en una próxima oportunidad. Que Dios le bendiga. Radio Bautista Centro de Vida y Lifeword en español presentaron su programa Seguidores del Maestro, un programa de la Editorial Bautista Misionera de América, para mayor información puede visitarnos en www.lifeword.org sección en español. Bendiciones.

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