Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

En primer lugar, todo hombre de Dios antes de examinar la vida de su congregación tiene que examinar la vida de su propia alma. “ten cuidado de ti mismo” fue el consejo que le dio el Apóstol Pablo a su hijo en la fe y ahora pastor Timoteo. La santidad personal tiene que ser una prioridad y una marca en todo creyente, especialmente en aquellos que están liderando una congregación. cuan fácil es desviarse del camino, cuan fácil es mirar la astilla en el ojo de tu hermano y no mirar el tronco en nuestro propio ojo, cuán fácil es enseñar a los demás las escrituras y no enseñarnos a nosotros mismos, cuan fácil es excusar y defender nuestras faltas, cuan fácil es maximizar el pecado ajeno y minimizar el nuestro. Cada vez que indiquemos con un dedo a las demás personas, debemos de recordar que tres dedos van en dirección nuestra. Así que trabajemos primero en nosotros mismos, hagamos una radiografía de nuestra vida, analicemos cuanta falta de piedad hay en nuestro carácter, pensamientos, hábitos y prioridades y trabajemos arduamente por cambiar esa situación. En segundo lugar, todo hombre de Dios debe tener cuidado de la doctrina que enseña. Uno puede enseñar falsedades y guiar a toda la congregación a las tinieblas más profundas o puede enseñar todo el consejo de Dios y guiar a sus hermanos en la fe a la luz de Cristo. Es nuestro deber como creyentes ser estudiantes expertos de las escrituras, observar detenidamente el texto, interpretarla correctamente y aplicarla cada día a nuestro diario vivir. Solo así podremos enseñar una buena doctrina, una enseñanza que está firmemente arraigada y da fruto desde una correcta interpretación de la Biblia. Vivimos tiempos sumamente difíciles, donde en los púlpitos la voz del hombre se escucha más fuertemente que la voz de Dios. Fábulas, historias, visiones, psicología, chistes y experiencias ocupan el 90% de los mensajes, es triste decirlo, pero son pocos los predicadores que todavía levantan en alto la palabra de Dios y creen en el poder que ella tiene de quebrantar corazones y salvar almas. Seguido a esto, Pablo continúa diciendo “persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” con esto el Apóstol Pablo no quiere dar a entender que la salvación es por obras, ya que las escrituras enseñan claramente que la salvación es únicamente por gracia por medio de la fe. Sin embargo, los frutos que esta fe producen son entre otras cosas una vida santa y una sana doctrina. En otras palabras, los que Pablo quiere decir a Timoteo es que la perseverancia en estos actos buenos es una evidencia de la salvación genuina de su alma y será el medio de bendición por el cual Dios salvará a los que oyeren su mensaje. En la bondad de Dios el utiliza a hombres débiles e imperfectos como instrumentos en la obra divina de salvar almas. Esta tarea es la más grande que la iglesia tiene y es la razón por la cual todavía estamos en este mundo. Dios nos ayude a ser ministros fieles, que con nuestra vida y palabras seamos de bendición a los creyentes y el instrumento por medio del cual los que no le conocen se acerquen a él y se rindan delante del todopoderoso. Dios los bendiga. Corpus Unum.