Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños.

Todo creyente, en especial los pastores deben de ser diligentes. Una persona diligente es aquella que pone mucho interés, esmero, rapidez y eficacia en la realización de un trabajo. ¿a qué trabajo nos insta la palabra de Dios a echarle ganas? al trabajo de “conocer el estado de las ovejas”. Así como un pastor estudia el comportamiento de cada una de sus ovejitas para así poder ayudarlas, de la misma forma el creyente debiera de estudiar y conocer el estado de sus hermanos en la fe, para así ser de bendición en sus vidas. Aquí el autor compara a las personas con las ovejas y aun grupo de personas con los rebaños. ¿Qué caracteriza a una oveja y que tenemos que conocer de ella? En primer lugar, un buen pastor conoce que ella necesita alimento para vivir. Y como tal busca los mejores pastos y las mejores aguas para que sus ovejitas se alimenten; de la misma forma todo creyente debiera de preocuparse de suplir las necesidades físicas y espirituales de sus hermanos en la fe. Si vemos que alguien esta pasado alguna necesidad física, no solo debe ir a él y decirle “Dios te bendiga hermano, voy a orar por ti” sino también compartir lo que Dios nos ha dado con ellos. Y si vemos a un hermano que tiene deseos de conocer más a Dios, tomar tiempo para enseñarle la palabra de Dios, que es el alimento espiritual para nuestras vidas. En segundo lugar, un buen pastor conoce que sus ovejas necesitan la protección necesaria contra algún ladrón o lobo rapaz que está a punto de atacarlos, de la misma forma como creyentes debiéramos de protegernos los unos a los otros contra algún peligro que pudiera presentarse, por ejemplo, si vemos que alguien de afuera está enseñando falsa doctrina a algún hermano en nuestra congregación, con amor ir hacia él y explicarle a la luz de la palabra de Dios el error de esa falsa enseñanza. En tercer lugar, un buen pastor que conoce a sus ovejas las dirige por el camino correcto, de la misma forma nuestra vida y nuestras palabras debieran de guiar a nuestros hermanos en la fe a seguir y amar cada día más a nuestro Señor Jesucristo. En cuarto lugar, un buen pastor conoce que en cualquier momento una de sus ovejitas se lastimará y ante ello lleva siempre aceite y vendas para sanar sus heridas, de la misma forma todo creyente debiera de estar atento a los momentos más dolorosos y pruebas que experimentan nuestros hermanos y estar con ellos en esos momentos y ayudarles con todo lo que este a nuestro alcance. En quinto lugar, el buen pastor conoce que en algún instante una oveja se saldrá del camino y se perderá y ante ello él estará presto para ir a buscarla. de la misma forma si algún hermano nuestro se ha alejado de los caminos del Señor, en vez de juzgarlo y criticarlo ¿porque no vamos en busca de él y le ayudamos a levantarse y seguir a delante? En sexto lugar un pastor que conoce a sus ovejas con el tiempo las llega a amar, a tal punto que su trabajo ya no es una carga, sino un verdadero placer, tanto que está dispuesto a hacer lo que sea por el bien de esas pequeñas criaturas. De la misma forma debiera de ser todo creyente, debiéramos de dedicar más tiempo en conocer a nuestros hermanos en la fe a tal punto que los lleguemos a amar con todo el corazón y estemos dispuestos a hacer cualquier cosa por el bien de cada uno de ellos. Dios los bendiga. Corpus Unum.