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Primera Linea De Defensa
Primera Linea De Defensa Madre - Parte 5
Paul Tinoco Huaraca
(Centro De Vida)
Duración: 00:05:08 Minutes
Listens:
12
Aired on Jul 19, 2019

Escritura

1 Pedro 3:1

Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas

En el contexto el Apóstol Pedro está hablando de la sumisión, y comienza instando a sus lectores a ser sumisos ante las autoridades que Dios ha establecido ya sean reyes, gobernadores o superiores, luego exhorta a los siervos a que obedezcan a sus amos, no solo a los buenos y amables sino también a aquellos difíciles de soportar. Esta es la razón por la cual el texto comienza diciendo “asimismo”, así como una persona tiene que someterse a las autoridades o a los jefes en el centro de trabajo, de la misma forma las “mujeres debes de sujetarse a sus maridos” Dios colocó estructura en la familia, asignándole al varón la responsabilidad de velar por el bienestar y la protección de su esposa, a su vez a la esposa el de someterse voluntariamente a él y ser su ayuda idónea, es interesante que el Señor no diga que la mujer obedezca a su marido, sino que esté sujeta a él. La obediencia es un acto sin embargo la sujeción es una actitud, una actitud de humildad y unidad hacia su marido, reconociendo su autoridad dada por Dios, teniendo siempre presente que, al sujetarse a él, está obedeciendo a su Dios. Y esta sumisión no se limita solo a mujeres con esposos creyentes, sino también corresponde a aquellas que tienen esposos que no conocen a Dios. según la cultura Grecorromana del primer siglo, las mujeres recibían poco o ningún respeto. Mientras vivían en la casa de su padre estaban sujetas a la Ley Romana de patria potestad, que concedía a los padres autoridad final de la vida y muerte sobre sus hijos. Los esposos por su parte tenían una clase parecida de autoridad legal sobre sus esposas. La mujer en esos días era tratada como una simple sirvienta que debía quedarse en casa y obedecer en todo a su esposo. En este contexto si una mujer escuchaba el evangelio, se arrepentía de sus pecados y colocaba su fe en el Señor Jesucristo, esa decisión de cambiar de religión por su propia cuenta podría traer graves problemas con su pareja a tal punto de que él podía considerarla infiel a él y a su religión pagana. Esto traería solo tensión y problemas en el hogar. ¿Cómo debía de actuar una mujer creyente ante esto? Ella debía de ser sumisa a su esposo y mostrar una conducta ejemplar de tal manera que su esposo llegue por la conducta de ella a los pies de Cristo. Dice el texto “para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas”. La conducta santa de una esposa es el testimonio más valioso para abrir el corazón de alguien que no conoce a Dios. sí una mujer creyente muestra una actitud amable, considerada, encantadora y sumisa hacia su pareja no importando la condición espiritual de este, esa será una tremenda herramienta de evangelización que tendrá en sus manos. En nuestra iglesia y en la gran mayoría de congregaciones son las esposas las que llegan primero a los pies de Cristo, sin embargo, gracias a la bondad de Dios y al testimonio fiel de cada una de ellas, muchos de sus esposos han llegado a conocer al Jesús. Si usted amada hermana tiene un esposo que no conoce a Jesús y él consiente en vivir con usted a pesar de ser creyente, no lo abandone. Ore por él, muestre con su conducta su nueva vida en Cristo y deje el resultado al Señor. Dios los bendiga. Corpus Unum

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