Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.

En el texto vemos algunas características que debían de tener las esposas de los diáconos o muy probablemente las mujeres que servían como diaconisas en la Iglesia de Éfeso y creo que también deberían de ser actitudes que toda mujer de Dios debe de modelar en nuestros días. En primer lugar, tenían que ser honestas, una persona honesta es aquella que es incapaz de engañar, defraudar o apropiarse de lo que no es suyo, también es la persona que actúa rectamente, cumpliendo su deber y de acuerdo con la moral, especialmente en lo referente al respeto por la propiedad ajena, la transparencia en los negocios, o en cualquier asunto del cual forman parte. En segundo lugar, no tenían que ser calumniadoras, una persona calumniadora es alguien que acusa falsamente a alguien con la intención de causarle daño o de perjudicarle, también podría ser traducido como difamadora, traicionera o chismosa.  Según varios estudios científicos se ha llegado a la conclusión de que una mujer en promedio utiliza alrededor de 27 000 palabras al día en relación a los hombres que solo llegan a los 10 000, esta característica particular en las mujeres las puede llevar a hablar mucho más de lo debido, a tocar temas que no les corresponde o a sacar conclusiones que están fuera de la realidad, una mujer de Dios tiene que aprender a controlar su lengua, hablar siempre con la verdad y hablar palabras que edifiquen y no que destruyan a las demás personas. En tercer lugar, tenían que ser sobrias. El significado literal de esta palabra es “sin vino” haciendo referencia a que aquellas mujeres no debían de ser bebedoras o borrachas, sin embargo, también podría referirse a la mujer que permanece alerta, vigilante, con la mente despejada, a alguien que piensa con claridad y que toma buenas decisiones. Antiguamente cuando se hacían estadísticas del consumo de alcohol en la raza humana los hombres batían récords, sin embargo, en la actualidad las mujeres han igualado a los varones en el consumo del alcohol. El consumo de alcohol afecta severamente el cuerpo humano de la mujer llevándola a alteraciones en el ciclo menstrual, osteoporosis, daño hepático, cirrosis y hepatitis, también nubla la mente llevándola a cometer actos que de manera sobria nunca lo harían. Una mujer de Dios debe de tener una mente despejada y sobria, una mente que le ayude a tomar decisiones sabias motivo por el cual el alcohol no debería contaminar su ser. Por último, debían de ser fieles en todo. Una persona fiel es alguien que es digna de confianza, alguien que es firme y constante en sus afectos, ideas y obligaciones, alguien que cumple con sus compromisos. Dios desea que toda mujer sea fiel a él, fiel a su pareja y fiel a sus hijos. Sé que cumplir todo esto no será una tarea fácil, sin embargo, si algo caracteriza a una mujer creyente es que son valientes y esforzadas, mujeres de Dios que están listas para pelear la batalla que tenemos por delante. Ánimo, mi amada hermana que nuestra primera línea de defensa es nuestro Hogar. Dios los bendiga. Corpus Unum.