Escritura
E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová mandó a Moisés; así acamparon por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus padres.
Mientras la nación de Israel se encontraba en el desierto a puertas de su ingreso a la tierra prometida, Dios habló a Moisés y a Aarón y les mandó que toda la nación de Israel tenía que acampar cada tribu junto a su bandera y cada persona junto a la bandera de su tribu, todos alrededor del tabernáculo de reunión. Entonces Israel Obedeció a la voz de Dios. dice el texto “E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová mandó a Moisés” el pueblo de Dios no debatió el asunto, simplemente obedecieron cada una de las palabras que Dios dijo a su siervo. Cuan bien nos haría imitar este hermoso ejemplo. Muchas veces cuando nos topamos con la palabra de Dios primero lo leemos, luego lo analizamos, luego lo debatimos y después de mucho tiempo cuando nos cercioramos de que esta es verdad la obedecemos de mala gana. Vemos la obediencia más como una carga que como una bendición. Cuan bien nos haría entender que Dios desea nuestro bien y no nuestro mal y cada uno de sus mandamientos son un reflejo de su amor. Él obedecerlos nos traerá bendición y el desobedecerlos nos traerá maldición. “Así acamparon por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus padres.” La disposición de las tribus de Israel se realizó de la siguiente forma. Por el Este se encontraban las tribus de Judá, Isacar y Zabulón cada una con su enseña, las enseñas eran banderas con una insignia que caracterizaba a cada tribu y las tres juntas con otra bandera representativa. De la misma forma, por el norte se encontraban las tribus de Dan, Aser y Neftalí , por el Oeste las tribus de Efraín, Manasés y Benjamín y por el Sur las tribus de Rubén, Simeón y Gad cada una con su enseña y cada grupo de tribus con su bandera representativa. Y en medio de todas ellas se encontraba la tribu de Leví junto al tabernáculo de reunión. ¿se imaginan semejante escena? Cada persona marchando con su familia y cada familia con su tribu y cada tribu con su nación. Todos juntos unidos para llevar acabo la voluntad de Dios. Que hermoso, Dios coloco estructura y organización para que las cosas marchen bien y de la mejor manera, con esto dio protección y seguridad a todo el pueblo. En esta impresionante organización las familias eran el corazón de la nación, si las familias sufrían daño, toda la tribu era terriblemente perjudicada y como tal toda la nación de Israel. En nuestra iglesia tenemos un lema que dice “el corazón de nuestra iglesia son los centros de acción” . los centros de acción son reuniones que están a cargo de las familias de nuestra iglesia, donde cada uno de los que forman la familia, ya sea el papá, la mamá o los hijos tienen el deber de servir, evangelizar y discipular a todas las personas que llegan a su hogar. El enemigo es tan astuto que, para destruir nuestra iglesia, comenzará por atacar nuestras familias y si cada familia no vive en obediencia a la palabra de Dios y se viste de las armas que él nos ha encomendado, seremos blanco fácil del enemigo y traeremos solo deshonra a Dios y a nuestra iglesia. Dios nos ayude a pararnos firmes, a levantar en al alto la bandera de nuestro amado Dios y a cumplir con los mandamientos que él no ha encomendado. Dios los bendiga. Corpus Unum
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