Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.”

El texto comienza diciendo “pero quiero que sepáis” con estas palabras notamos la preocupación que tenía Pablo concerniente a un asunto muy importante. Las mujeres a lo largo de la historia y sobre todo en la cultura griega eran consideradas personas de segunda categoría, no tenían voz ni voto, no solo en lo político, tampoco en lo civil y militar. Sin embargo, el evangelio de nuestro Señor Jesucristo cambio esto, les dio dignidad y honor, lo que al parecer había llevado al abuso en algunos casos. Ante ello hay un principio que quiere enseñar Pablo y es el principio de la subordinación y la autoridad., siendo estos elementos indispensables en el orden y en el plan de Dios.  En primer lugar, comienza diciendo “Cristo es la cabeza de todo varón” por anatomía sabemos que la cabeza es esencial para la vida del cuerpo humano, en ella se encuentra el encéfalo quien gobierna y dirige cada estructura del cuerpo. Ella controla el latido del corazón, la respiración, el aparato digestivo, los movimientos de todos los músculos y la secreción de todas las glándulas.  Cristo es la cabeza de todo varón ya sea creyente o inconverso, él tiene autoridad sobre nuestras vidas, antes de partir de este mundo dijo lo siguiente “toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”. Muchos en el día de hoy no reconocen esta autoridad sin embargo un día lo harán. La palabra de Dios dice que ante él “se doblará toda rodilla de los que están en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confesará que Jesús es el Señor” Seguido a esto dice “y el varón es cabeza de la mujer” muchas mujeres al leer esto han acusado a Pablo de ser un machista que a menudo enseña sus propios prejuicios en vez de la palabra de Dios, sin embargo, no tenemos que olvidar que toda la escritura es inspirada por Dios, así que, en la voluntad de Dios, él ha colocado al varón como líder y cabeza del hogar, él le ha dado autoridad y liderazgo sobre su esposa. Esto no significa que la mujer sea inferior al varón, por ejemplo, cuando uno va por la carretera y el policía te indica que te detengas ¿Qué tienes que hacer? Pues simplemente obedecer y detenerte. ¿eso significa que el policía es mejor que uno? No. Ambos somos iguales delante de Dios, pero Dios lo ha puesto a él bajo un grado de autoridad en esta sociedad y para que las cosas marchen bien tenemos que someternos a la autoridad.  De la misma forma sucede en el hogar. No podemos dudar que hay mujeres mucho más espirituales, educadas y maduras que muchos varones, sin embargo, si estas mujeres son obedientes al mandato de Dios se someterán al liderazgo de los hombres y no tratarán de usurparlo, sencillamente porque ese es el plan de Dios. Y el texto termina diciendo “y Dios la cabeza de Cristo” Jesús cuando descendió a este mundo por amor y de forma voluntaria se sometió a la voluntad de su padre. Cierto día dijo lo siguiente “Mi comida o razón de ser es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra” mostrando con ello una humilde obediencia en el cumplimiento del propósito divino. Todo hombre tiene que entender que el ser cabeza más que un privilegio es una responsabilidad tremenda. el varón tiene el deber de proveer liderazgo, provisión, protección y amor a su esposa.  ¿Cómo hemos de lograrlo? Con la guía y ayuda de Dios. no estamos aquí para decir “aquí se hace lo que yo quiero”, sino para decir “tenemos que vivir conforme a lo que Dios dice.” No estamos aquí para ejercer liderazgo basado en la tiranía sino liderazgo basado en el amor. Cristo amo tanto a la iglesia que estuvo dispuesto a morir por ella, en respuesta la iglesia se somete a Cristo por amor. De la misma forma debiera de suceder en la familia. el esposo debiera de amar tanto a su esposa que para ella la sumisión no debiera ser una carga sino un acto de amor y respeto a Dios y a su esposo. Dios los bendiga Corpus Unum.