Escritura
porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
En el contexto el Apóstol Pablo toca el tema del apoyo económico y el cuidado que se le debe dar a las viudas de la iglesia. Toda mujer que ha tenido una perdida ha quedado abandonada, sin recursos, que espera en Dios como su única esperanza de supervivencia y que no cuenta con algún familiar cercano debería de pasar al cuidado y sostenimiento de la iglesia local. Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos son estos los que tienen la responsabilidad primaria de proveer para sus necesidades. Todo hijo está en deuda con aquellos que nos trajeron al mundo y se encargaron de nuestro cuidado ¿Cómo hemos de abandonarlos si están pasando por alguna necesidad? Es nuestro deber y responsabilidad el velar por ellos mientras estén con nosotros. ¿Qué de aquellos que no lo hacen? Nuestro texto responde esta pregunta. “porque si alguno no provee para los suyos” la palabra suyos que aquí se utiliza incluye a parientes cercanos, como tíos, abuelos o primos e incluso pudiera indicar a amigos íntimos. El texto continúa diciendo “y mayormente para los de su casa” esta es una referencia clara al círculo más cercano que tiene toda persona, en este caso los miembros de su propia familia. Seguido a esto el apóstol Pablo tiene una palabra de reprensión para aquellos que no proveen para los suyos. En primer lugar, aquella persona “ha negado la fe” su falta de amor por los suyos pone en evidencia que el amor de Dios nunca fue derramado en su corazón. Aunque este hombre profese ser cristiano, carece del fruto más precioso en la vida cristiana. Carece del amor. En segundo lugar “es peor que un incrédulo” muchos hombres paganos a pesar de que carecen de la luz de la palabra de Dios, del ejemplo glorioso de nuestro Señor Jesucristo y de la obra del Espíritu Santo en sus corazones entienden la importancia y el deber que tienen con su familia, y si aún ellos que carecen de muchas cosas lo hacen ¿Cómo un creyente ha de obrar de otro modo? el no hacerlo, sería actuar peor que un incrédulo. Un modelo perfecto del cuidado amoroso que debemos de tener para con la familia, es nuestro Señor Jesucristo. Cuanto estaba en la cruz a punto de morir hizo los arreglos para el cuidado de su madre viuda. En Juan 19:26-27 leemos los siguiente “Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” Que hermoso, cuando nuestro amado salvador estaba en aquella cruz llevando la carga del pecado del mundo su mente no estaba preocupada solo en la salvación del pecador, sino también en el cuidado de su madre, motivo por el cual encarga a Juan su discípulo amado el cuidado y la protección de su amada madre. Un buen padre confía en la provisión de Dios y se esfuerza arduamente en trabajar para el sostenimiento de su hogar, entiende que su familia y todo lo que tiene no es suyo, sino que pertenece al Señor, motivo por el cual busca ser un buen administrador de todo lo que Dios le ha dado. Dios los bendiga. Corpus Unum.
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