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El Cristo Encarnado
El Cristo Encarnado - Parte 1
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
Listens:
23
Aired on Sep 14, 2020

Escritura

Filipenses 2:5-11; Juan 1:1 y 14

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:5-11 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:1 y 14

Una niña fue vista saliendo de una iglesia al medio día, en un tiempo en que nadie acostumbraba a estar ahí. Pensando que ella buscaba ayuda, un observador la detuvo: ¿Buscas al pastor?, inquirió el observador. Cuando la niña le dijo que no. Él siguió con la siguiente pregunta: ¿Qué hacías adentro de la iglesia? Ella respondió: Yo estaba orando, con Jesús. Sonriendo de la simplicidad de fe y devoción de la niña, el observador le preguntó: ¿Y qué le pediste? Nada, respondió ella. Solo le dije cuanto le amaba.   Ojalá dicha devoción y amor, se revelara en los corazones de creyentes en todo el mundo, Él es digno de que le queramos amar más y más cada día. Cristo Jesús es el corazón, la vida, el fundamento de la religión cristiana. Él es el Hijo del Dios viviente, el unigénito del padre, la verdad de que Jesús de Nazaret, es el Cristo, el unigénito Hijo de Dios, es la doctrina más básica de todas las doctrinas cristianas.   El que nosotros conocemos como el Cristo Jesús, es el único Dios hombre. Él es, al mismo tiempo, Dios, y un hombre ideal, ninguno puede honrarle correctamente hasta que entiende y acepta la doble naturaleza de Jesús. Su naturaleza divina y humana, siendo unidos en su persona. La Biblia nos habla de ello con palabras especiales, esas palabras en el idioma griego, en el cual fue escrito nuestro Nuevo Testamento usaron el término en carne.   El Nuevo Testamento enseña que Dios vino en carne humana, en la persona de Jesús de Nazaret, para ser el Salvador de los hombres. Ningún otro, en toda la historia humana, ha sido, ni será la misma clase de persona que fue Jesús de Nazaret. Nosotros le conocemos como el Cristo.   He decido compartir contigo un estudio concerniente a la encarnación de Dios en la persona de Jesús de Nazaret. Deseo enseñarte lo que dice la Biblia concerniente a la persona y el trabajo de Cristo, antes de su encarnación al tiempo de su encarnación, durante su ministerio encarnado aquí en la tierra; lo consiguiente a su ministerio encarnado aquí en la tierra y su continua encarnación y creyentes cristianos.   Dicho estudio, si lo llegamos a comprender bien, puede magnificar al Señor Jesús como el Cristo de Dios, y nos llevará a servirle mejor. Filipenses 2:5-11, es el mejor sumario de la encarnación de Jesús que se puede encontrar en la Biblia. Dice de la siguiente manera: ¨Haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre¨.   El versículo 6, habla de Cristo antes de su encarnación; el versículo 7 habla de Jesús en el momento de su encarnación; el versículo 8, habla de Cristo durante el ministerio terrenal de su encarnación. Los versículos 9-11, hablan de Él en el cielo después de su encarnación. Gracias a Dios por tal pasaje. Obsérvese cuidadosamente el versículo 6, “el cuál siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse”. Eso describe la naturaleza y actitud de Cristo antes de que viniera en carne humana ¿Cuál era la naturaleza del Cristo pre-encarnado? Él tenía la forma de Dios, esa declaración debe ser estudiada cuidadosamente para ser comprendida y apreciada.   Forma, no significa un bosquejo, una imagen o una apariencia externa. Habla de una naturaleza, y no de una apariencia. ¨Forma¨ significa la naturaleza o esencia de una persona. La forma de Dios significa que el Cristo pre-encarnado era la esencia de deidad. Dios mismo en cada sentido de la palabra. Un estudiante, cuidadoso de las escrituras, tiene que decir lo siguiente en cuanto a su significado: Para interpretar el significado de la forma de Dios, es suficiente decir que, en primer lugar, incluye la naturaleza y esencia entera de deidad, y es inseparable de ellos en vista de que no tendrían existencia actual sin ello; y en segundo lugar, no incluye en sí mismo, algo accidental o separable. En particular, tales cosas como manifestaciones o condiciones de gloria o majestad, cuyas cosas, podrían estar conectadas a la forma, y en otro tiempo separadas de ella.   Esa es la forma en que los teólogos dicen que antes de su nacimiento a María y antes de su Bautismo, por medio de Juan el bautista, Cristo era, el eterno Dios. Juan 1:1 y 14, dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.   Antes de que el principio comenzara, Cristo, ya era. Cristo era, es y será la misma esencia de deidad, Dios mismo. Era Él quien nació como un humano a una virgen llamada María. Consideremos la actitud de Cristo en vista de su venida al mundo como hombre, ¨No estimo el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse¨. Esa expresión, puede ser sin sentido para ti al haberla escuchado por primera vez. ¿Qué significa? Significa que Cristo no consideró su igualdad a Dios como algo a qué retener a todo costo. Significa que Cristo vino por voluntad propia al mundo en carne humana, aunque tendría que abandonar las manifestaciones y prerrogativas de su deidad.   Él no era como otros que se aprovechan de las circunstancias, olvidándose de otros. Él no tenía el Espíritu de un niño que piensa que debe ser permitido el quedarse con el juguete de un amiguito porque a él le gusta dicho juguete. Cristo era todo lo contrario a eso, Él, quien compartía la naturaleza de Dios, con cada atributo y privilegio de la deidad, lo entregó todo para salvar a los pecadores. Eso es lo que nosotros llamamos ¨Sublime Gracia¨.   Así que, en los corredores de la eternidad, antes de la creación del mundo o del hombre. Dios ya había planeado un plan redentor para el hombre a quien iba a crear. Como nunca hubo duda de su voluntad y habilidad para salvar, Jesucristo fue el Cordero inmolado desde la fundación del mundo porque Dios consideró que el trabajo ya estaba cumplido. Por eso es que puedo decir con toda seguridad que la Salvación puede ser tuya, si te arrepientes de tus pecados y recibes a Cristo. Dios te garantiza esa bendición.   Padre, nos quedamos maravillados por la gracia de nuestro Señor Jesús. ¿Cómo es que pudo amarnos tanto?, que estuvo dispuesto a dejar todos sus privilegios para sacrificarse por nosotros. No lo podemos entender, pero lo creemos y nos regocijamos. Gracias por la salvación que nos has dado en Cristo Jesús, en el nombre de Él te lo suplicamos, Amén.

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